Cultura

Memoria musical

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Una decena de composiciones de autores como Yupanqui, Cuchi Leguizamón y Eduardo Falú sostienen el exquisito andamiaje del último disco de la cantora. Las enseñanzas de Mercedes Sosa y su mirada sobre la nueva generación de artistas.

Reflexiva. En su nuevo trabajo, Imposible, Herrero se muestra como ella misma, sin artificios. (Juan Quiles)

 

Liliana Herrero abre las puertas de su casa, invita a pasar y se muestra como es. Dice que la presentación de su reciente disco Imposible la pone un poco nerviosa, pero que eso es algo normal. «Lo presenté por primera vez en mayo en La Plata, en un lugar magnífico que es el Teatro Coliseo Podestá. Con ese nombre, es como si uno estuviera allí recorriendo una historia y una inscripción en esa tradición que es el circo criollo. Los Podestá fueron los creadores del circo criollo y me gustó estar en ese lugar, con esa memoria», cuenta. Y esa palabra, «memoria», se repite una y otra vez en su discurso: es un concepto fundamental en el desarrollo artístico y espiritual de la cantora. Así arranca la charla con Herrero, una de las folcloristas más destacadas de nuestro país, la «sucesora» de Mercedes Sosa, según señaló la mismísima Negra.  
Imposible son diez canciones de autores que ya no están. Chacho Muller, Yupanqui, Buenaventura Luna, Manuel Castilla, Cuchi Leguizamón, Eduardo Falú y Armando Tejada Gómez, entre otros. Las grabó junto con un cuarteto integrado por Pedro Rossi (guitarra), Ariel Naón (contrabajo), Martín Pantyrer (clarinete bajo) y Mario Gusso (percusión y arreglos). La voz inconfundible de Herrero involucra una dimensión afectiva en cada palabra, en cada gesto melódico. El objetivo del trabajo fue simplemente ser ella misma. «Yo que tiendo a arengar, no estoy haciendo nada de eso, porque esto es lo que tengo para ofrecer, estas son las canciones: esta es la memoria en la que me quiero recostar y estas son las armonías con las que hemos pensado estos temas», completa.
La extensa carrera de la vocalista comenzó con la edición de su primer material en 1987 y, antes que la popularidad, lo que llegó fue la aceptación de su arte en el campo de la música. Así se forjó de la mano de Fito Páez, Mercedes Sosa, Juan Falú, Guillermo Klein. «Así se ha dado una conversación preciosa, en la que he podido ir amasando algo, un estilo. Escucharlos, conocer sus historias y búsquedas fue lo que me nutrió», dice. «La música es una conversación magnifica y por eso forma comunidad, porque ahí están esas derivas donde vamos todos juntos, un recorrido que se asemeja a un río, donde aparecen arroyos y se abre una especie de mapa hidrográfico», reflexiona.
En ese devenir, la cantante logró una alianza con las discográficas que le permitió siempre mantener su independencia artística. «Nadie interviene más que yo y los músicos en la artística», afirma, a excepción de Isla del tesoro, editado en 1994 por Universal Music, un material que no le pertenece. Inquieta por naturaleza, su mirada sobre las nuevas generaciones de músicos es optimista e incluye un consejo: «Que estudien y que escuchen mucho y de diversos géneros, porque es un enorme aprendizaje. Yo me tomo el trabajo de escuchar desde el último disco que saca Radiohead hasta Yupanqui. Escucho música todo el día y no lo hago como un acompañamiento, en todo caso me preparo un mate y me siento. Me gusta ir leyendo las letras, mirando el librito», explica.
«Siempre pienso en lo que me enseñó Mercedes: yo soy una cantora y tengo que sostener un texto: cómo lo decís, qué poetas te interesan», sigue. El arte, la música y la justicia social emanan de los poros de la folclorista, que sin hablar específicamente de política advierte que corren tiempos difíciles. «Tirar de la cuerda de los más débiles y aflojarle la cuerda a los que más tienen es escandaloso. Combatí contra eso y no quiero que esa misma red me atrape ahora», afirma. Según su mirada, «de la red se escapa sosteniendo tu arte. En mí caso, haciendo discos, creando comunidad, accionando, haciendo conciertos». Imposible, de hecho, pretende ahondar en «cuál es el haz de luz que debemos sostener para poder dar una batalla seria a este tiempo tan oscuro, que nos lleve hacia una verdadera transformación del país».  

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