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Las Canarias, nacidas en 2013, obtuvieron por primera vez el Nacional de Clubes en la modalidad seven. Su camino ascendente y los prejuicios que subsisten para el desarrollo de la rama femenina en el país. Palabras del entrenador Fernando Torrijos.


Santa Fe. Ataque platense en el  duelo final ante Cha Roga disputado en el Querandí Club. (Gentileza UAR)

En la reunión de comisión directiva de La Plata Rugby Club, las opiniones estaban dividas: o incorporaban entre sus disciplinas al hockey sobre césped, o se inclinaban por sumar al rugby femenino  Un debate complejo en virtud de que el hockey es una de las actividades más practicadas por las mujeres en Argentina, mientras que el otro deporte aún está en una etapa incipiente. Finalmente y por la influencia de Patricio Roán, quien acercó la propuesta, el club resolvió apostar por el rugby. Así, en 2013, nacieron Las Canarias, como apodan al equipo, debido al color amarillo de la camiseta de un club que cumplió 83 años de vida.
Cuatro años después de su nacimiento oficial, Las Canarias acaban de conseguir su mayor logro deportivo al obtener el Torneo Nacional de Clubes 2017, disputado en el Querandí Club, de la provincia de Santa Fe. En una competencia que se disputa durante un fin de semana en la modalidad seven (7 jugadoras), las platenses tuvieron un inicio demoledor al ganar tres partidos –ante Pumai de Mendoza, Echagüé de Paraná (Entre Ríos) y Chacho Rugby de Chaco– y así acceder a la instancia final, denominada Copa de Oro. En la etapa decisiva, vencieron en  la semifinal a CAPRI de Misiones para luego coronarse campeonas con su victoria sobre las santafecinas de Cha Roga. La campaña, con 5 victorias en 5 partidos, tuvo otro punto sobresaliente: no recibieron ningún punto en contra en el certamen.  Con este triunfo, Las Canarias se convirtieron en el mejor conjunto de rugby femenino de la Argentina.
«Este título es el resultado de un proceso de trabajo que empezó en el club hace cinco años. Cuando Roán nos convocó, yo entrenaba a chicas en una ONG y les propusimos venir al club. Así empezamos. En el primer Torneo en Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), en su formato seven, tuvimos la alegría de salir campeonas. Comenzamos con el pie derecho», explica a Acción Fernando Torrijos, uno de los entrenadores del reciente campeón nacional.
La historia de Las Canarias, como advierte Torrijos, está signada por un crecimiento constante. Tras ganar el primer torneo de la URBA, fueron subcampeonas al año siguiente y luego conquistaron el tricampeonato (2015, 2016 y 2017). Esta temporada, además,  el equipo también se hizo fuerte en la modalidad ten (10 jugadores), luego de cambios en el juego dispuestos por la URBA. Estas modificaciones, según sus integrantes, influyeron positivamente para coronarse en el Nacional de Clubes.

Proyecciones y resistencias
Los progresos de las platenses, por otra parte, no se limitan a la competencia de clubes, teniendo en cuenta que forman parte de los equipos nacionales. Por caso, hoy dos referentes del plantel, Magalí Fazzio y Carolina Soto, integran el seleccionado femenino, conocido como Las Pumas. Por otra parte, La Plata también nutre con jugadoras al seleccionado de la URBA, el último campeón del Torneo de la República.
Existe otro factor, y muy importante, que trasciende al juego e interpela al rugby. La Plata es el único club de la élite de Buenos Aires que presenta un equipo masculino –este año descendió del Top 12, pero es un animador de los torneos principales– y uno femenino. La causa de esta situación se vincula con que aún subsiste una mirada machista para el desarrollo de la actividad y Torrijos lo sabe: «Los clubes tradicionales no quieren al rugby femenino. Y no lo quieren porque hay temores sobre la inclusión de mujeres en entidades que se constituyeron como ámbitos exclusivos para los varones».
En ese contexto, el ejemplo de Las Canarias es elocuente. Pese a que a nivel nacional ha crecido el número de mujeres que practican la actividad, países como Brasil y Colombia están varios pasos adelantados. «Es curioso: en la región somos una de las naciones más atrasadas en rugby femenino, mientras que entre los hombres nos transformamos en la máxima potencia», reflexiona el entrenador de Las Canarias, que avanzan en su proyecto buscando romper con los prejuicios. Un lema que repiten cada día en el club: «No hay rugby masculino, ni hay rugby femenino: hay rugby».

 

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