Símbolo de los Pumas, el exjugador asumió como técnico de los Jaguares, el equipo de la UAR en el Super Rugby, con el objetivo de promover un salto de calidad. Su experiencia internacional, los cambios en el plan de trabajo y las perspectivas de su carrera.
25 de enero de 2018
Mario Ledesma siempre se destacó por tomar decisiones arriesgadas. Lo demostró cada vez que se puso la camiseta número 2 de los Pumas y lo sigue demostrando ahora, ya con el buzo de director técnico y haciendo su debut en la Argentina. El ex hooker del seleccionado, quien desde esta temporada dirigirá a los Jaguares –equipo de la Unión Argentina de Rugby (UAR) que compite en el Super Rugby–, asumió en el cargo con una fuerte definición: «Si quiero cambiar las cosas, tengo que hacerlo desde adentro».
Con esa mentalidad, Ledesma tendrá por delante exigentes retos en la tercera participación de los Jaguares en el torneo que comienza en febrero. El más importante: reposicionar al equipo en el certamen que reúne a las mejores formaciones de Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia, las tres potencias del Hemisferio Sur. En ese contexto, el arribo de Mario marca un cambio de paradigma en la disciplina, en virtud de que el ex hooker remplaza a Raúl Pérez, mano derecha de Daniel Hourcade, el entrenador de la selección. Así, y por primera vez desde la creación de los Jaguares, un conjunto integrado por jugadores que también representan a los Pumas, el rugby argentino exhibirá dos técnicos con estilos y libretos diferentes.
Respecto del flamante staff, a Ledesma, quien jugó en los Pumas desde 1996 hasta 2011 y fue titular en tres Mundiales, lo acompañarán como ayudantes Nicolás Fernández Miranda, quien estuvo con él en el plantel que consiguió el histórico bronce de Francia (2007), y Martín Gaitán, único sobreviviente del ciclo anterior. Es por eso que se generan grandes expectativas para esta etapa. Además, Ledesma ya mostró sus credenciales como entrenador a nivel internacional. Fue asistente técnico de Michael Cheika, hoy entrenador de los Wallabies, en el Stade Français y, más tarde, en el Montpellier, ambos de Francia. También formó parte de la selección australiana, donde fue entrenador de scrum, esa instancia de juego fundamental, que durante años fue la bandera de los Pumas y en la que ha sufrido un retroceso. En el país oceánico siguió su formación junto al técnico Cheika. «En Australia –sostuvo hace poco– dicen que están en la mayoría de edad del rugby profesional y yo digo que nosotros estamos empezando a caminar».
Otra impronta
Con la designación de Ledesma, podrían suscitarse otros importantes cambios. Uno de ellos se vincula con el capitán. Cabe recordar que una vez que se creó la franquicia Jaguares y se decidió que tanto allí como en los Pumas solo podrían jugar aquellos que firmaran contrato con la UAR y no quienes se desempeñan en el exterior, Agustín Creevy fue elegido como el hombre a llevar la cinta en los Pumas y también en el Super Rugby. Ledesma podría desplazar a Creevy como capitán y, según averiguó Acción, lo sucedería Juan Manuel Leguizamón (34), otro de los experimentados de Jaguares y compañero del DT en el Mundial de Francia 2007. A ello se añade que en la UAR habrá elecciones este año, un hecho con impacto político que reavivará debates en torno de la de la organización del rugby argentino.
En ese plano, la llegada de Ledesma marca un punto de inflexión. El entrenador trabajará con «agenda propia», siempre con el objetivo de nutrir a los Pumas, pero sin descuidar ni un centímetro la preparación de los Jaguares. De modo que habrá que ver cómo será el vínculo con Hourcade con miras a trabajar sobre un proyecto común para mejorar en el juego y corregir errores. Especialmente si se consideran los magros resultados de los equipos nacionales 2017 y el cansancio físico y mental con el que terminan los jugadores cada temporada.
A su vez, existen otras especulaciones. Símbolo de los Pumas y con perfil promisorio como entrenador, Ledesma es una figura de peso que se posiciona como candidato a asumir en el seleccionado nacional en el futuro. «Va a depender de cómo me vaya este año», señala. De ahí se advierte clave su proceso en los Jaguares, necesitados de un golpe de timón que les permita dar un salto de calidad en el Super Rugby 2017. Así, clasificar por primera vez a las instancias finales figura entre los grandes objetivos para un equipo que, indudablemente, tendrá otra impronta desde su conducción.
