Deportes | EL HOMBRE DE LOS TRIPLES

Dimensión Curry

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Roberto Parrottino

Figura y campeón en la última temporada, el base de Golden State cambió el juego en la NBA. El método de trabajo y sus números de leyenda.

Puro talento. Imparable en la serie final ante Boston Celtics, Stephen Curry fue elegido como el jugador más valioso del torneo.

Foto: Gina Glanzman/Getty Images via AFP

Bob Cousy jugó en Boston Celtics entre 1951 y 1963. Es aún hoy considerado uno de los mejores bases de la historia de la NBA. Cousy ganó seis anillos con los Celtics, pero también quedó en la historia de la liga de básquet más poderosa del mundo porque su juego cambió las reglas. A Cousy no le podían sacar la pelota. Sin límite de tiempo, solo lo paraban con faltas. En 1953, anotó 30 de sus 50 puntos desde tiros libres en un partido por los playoffs ante Syracuse Nationals en el que hubo 106 faltas. «Es peligroso el continuo estancamiento del juego, los fans pierden interés», dijo Michael Podoloff, entonces comisionado de la NBA. Y en la temporada 1954/1955 se implementó el reloj de posesión de 24 segundos, aún hoy vigente. Stephen Curry, el base de Golden State Warriors, MVP («Jugador más valioso») de las Finales de la NBA de la última temporada ante Boston Celtics, también modificó el juego. En la 2021/2022 se implementaron una serie de reglas que limitan los movimientos de los atacantes. Poco le importó a Curry, una máquina ofensiva que superó el 13 de noviembre de 2021 a Ray Allen (2.973) como el hombre con más triples en la historia de la NBA. Y que condujo a los Warriors a su cuarto anillo desde 2015.
Curry, coinciden jugadores y entrenadores, es el principal responsable de la modificación en el estilo de juego de los equipos de la NBA. Sumó, en total, 31 triples en las Finales, uno menos que su propio récord de 2016. 
Antes de que comenzara la temporada, Curry pasó horas veraniegas con Brandon Payne, su entrenador personal de lanzamientos. «Mi trabajo –había dicho Payne– es decirle al mejor tirador de todos los tiempos que lo que hace no es suficiente». Payne ideó un ejercicio en el que Curry debía encestar diez triples seguidos, aunque con un detalle: que la pelota entrara limpia. Si entraba pero el censor se prendía porque había un mínimo roce con el aro, la cuenta volvía a cero. «Era una prueba mental –aceptó Curry–. Me llevaba al límite todo el tiempo. Si anotaba un solo tiro fuera del rango que queríamos, el ejercicio acababa alargándose, siendo de resistencia. Y nadie quiere sentir que una prueba te supera constantemente». Curry no compite contra otros, ni contra la historia. Curry compite contra Curry.

Cambio de paradigma
El base de Golden State parece moverse en una dimensión ligeramente diferente a la del resto. Es el corazón del equipo. Y el modelo como jugador y líder. Junto a Klay Thompson y Draymond Green se convirtieron en el trío con más triunfos (20) en las Finales de la NBA. Superaron a Tim Duncan, Tony Parker y Emanuel Ginóbili (San Antonio Spurs). Curry, además, ganó el MVP de las Finales, un premio que le faltaba. Y se convirtió en el sexto en ganar el MVP de las Finales y del All Star Game en un mismo año: entró a un selecto grupo en el que aparecen Michael Jordan, Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Hijo de Dell Curry, quien jugó entre 1986 y 2002 en la NBA, aprendió a pasar rivales sin esforzarse con trabajo en el gimnasio. Primero con dos pelotas de básquet al mismo tiempo, y después ese mismo ejercicio con dos de tenis, ida y vuelta, de un extremo a otro. Pero no solo fue la herencia de Dell. Curry se inspira en las gambetas de Lionel Messi. A los 18 años se fue de vacaciones con su familia a Brasil. Se encantó con el fútbol en las playas. «Los dos tenemos un estilo creativo –se comparó con Messi–; me encanta verlo jugar, porque no sabés qué es lo que va a hacer en cada momento. Cuando toca la pelota puede pasar algo especial».
A los 34 años, el máximo anotador en la historia de la NBA suma 3.117 de los 7.290 lanzamientos de tres puntos (42,76% de aciertos) en 826 partidos en las 13 temporadas, siempre con los Warriors. «Babyfaced assassin» («El asesino con cara de niño») aterroriza a los rivales. El porcentaje de triples por equipo y por partido aumentó en cada una de las últimas diez temporadas. Los seis partidos entre Golden State y Boston entregaron las Finales con más triples de la historia (178 de 462 lanzamientos), lo que certifica un cambio de paradigma en el juego: la revolución Curry. 
«Al empezar la temporada nadie pensó que estaríamos aquí. Es increíble, surrealista. Este anillo es diferente», dijo Curry, ausente por lesión durante casi toda la temporada 2019/2020. «El anfitrión, el gran Gatsby, fue Stephen Curry –escribió Guillermo Ortíz, periodista especializado en básquet–. Puede que LeBron James sea un jugador más completo, pero Curry era –y vuelve a ser– especial. No avasalla a nadie, simplemente los vuelve locos. Por él parece que no pasan los años ni las lesiones. Es una anomalía del tiempo».

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