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Escándalo olímpico

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Campeonas de gimnasia artística denunciaron al médico del equipo por abuso sexual, quien asumió su culpabilidad, luego de difundirse un informe periodístico con 368 casos durante las últimas dos décadas. La Federación y su controvertido rol.

Víctima. Gabby Douglas durante su participación en la Copa Americana de New Jersey 2016. (Elsa/Gina/AFP/Dachary)

Larry es asqueroso, es un monstruo, no un doctor». Alexandra Raisman, una de las estrellas del equipo de gimnasia de Estados Unidos (vigente subcampeona y dueña de seis medallas olímpicas sumando los juegos de Río 2016 y Londres 2012), no dudó en expresar su indignación en sus redes sociales mientras se desarrollaba una de las audiencias del juicio contra Larry Nassar, médico del equipo de gimnasia durante cinco juegos olímpicos. Ella, como muchas, sabía con dolor de lo que escribía.
Nassar, de 53 años, fue despedido en 2015, luego de que en los últimos 15 meses, más de 130 gimnastas lo denunciaran públicamente por abusos sexuales, entre ellas justamente las campeonas olímpicas Raisman, McKayla Maroney, Gabby Douglas y Jamie Dantzscher. «Soy culpable, señoría», declaró –con frialdad– Nassar en pleno juicio en noviembre, reconociendo que entre 1998 y 2015 había abusado al menos de diez gimnastas, tres de ellas menores de 13 años, mientras simulaba llevar adelante tratamientos médicos. El escándalo, cabe subrayar, cobró notoriedad luego de una extensa investigación del diario Indianapolis Star en la que se denuncia que más de 368 niños y niñas gimnastas fueron víctimas de abuso sexual durante las últimas dos décadas. La acusación, publicada en 2016, apunta como responsables a tutores, entrenadores y dueños de centros de gimnasia, incluidos los de la Federación. Como consecuencia de esa investigación, Nassar fue detenido por poseer pornografía infantil en su computadora –cargo del que se lo declaró culpable en julio–, hasta que comenzaron a proliferar las denuncias en su contra.
Mientras la verdad empieza a salir a la luz, y el impacto de la noticia sacude al mundo de la gimnasia y del olimpismo –justamente, porque Nassar era considerado un médico de élite amparado por una de las Federaciones más poderosas en la gimnasia–, los atletas lograron romper el silencio. «¿Qué hizo la Federación, qué hizo Nassar para manipular a estas chicas de tal forma que no se atrevieran a hablar?», se preguntó Raisman cuando reveló su caso en un programa de televisión de la cadena CBS.

En primera persona
Previamente, la atleta Maroney, oro por equipo en Londres y unas de las gimnastas con más carisma en los últimos años, había realizado un anuncio público al admitir que fue víctima de Nassar a los 13 años. Su confesión se vio impulsada por la campaña #Metoo que lanzaron miles de mujeres en las redes sociales cuando se conocieron los abusos sexuales del productor de Hollywood, Harvey Weinstein. Por su parte, Jamie Dantzscher, bronce por equipos en Sydney 2000, también relató su experiencia en el mismo programa de la cadena CBS. «Siempre llevaba caramelos con el fin de crear un ambiente de confianza durante los duros y largos entrenamientos a los que éramos sometidos», dijo la exgimnasta de 34 años explicando las prácticas que hacía Nassar. Gabby Douglas, de gran actuación en Londres 2012, fue otra de las figuras que difundió su caso en su perfil de Instagram: «No había compartido públicamente mis experiencias porque, honestamente, algunas cosas fueron extremadamente dolorosas», escribió.
Además de las conductas delictivas del médico, según estos testimonios, resulta llamativa la falta de conocimiento de estas situaciones por parte de la Federación durante tantos años. Recien en marzo de 2017 renunció su presidente, Steve Penny. En ese marco, el caso de Nassar parecería ser el primero de un eslabón dentro una investigación que seguramente crecerá en unos meses y de la que la Federación deberá hacerse cargo, pese al llamativo silencio que guardó por tantos años. «Nada era más importante que la protección de los deportistas, hemos puesto en marcha unos programas de formación y vamos a seguir para castigar a los culpables mientras se coopera plenamente con las autoridades», declaró una autoridad de la Federación estadounidense a uno de los diarios que divulgó, quizás, el escándalo por abusos más grande que rodea al deporte olímpico en los últimos años.

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