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Futuro redondo

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En un hecho inédito, los seleccionados de todas las categorías participarán de las copas del mundo de este año. Los logros de las Panteras, claves en el desarrollo de las mujeres, se inscriben en un proyecto a largo plazo, potenciado por Julio Velasco.

Meta. Celebración del equipo sub 23 en el torneo en el que consiguieron clasificar al mundial. (Gentileza ACLAV)

El gimnasio en el Centro Nacional de Desarrollo y Alto Rendimiento (CENARD) está frío. Julio Velasco entra por primera vez para reunirse con sus jugadores. Es abril de 2014 y, a los 62 años, uno de los entrenadores más exitosos del vóley pronuncia tres palabras que parecen la receta para todo proceso: pautas de trabajo. De eso les habla por un rato y les manda un mensaje claro: el triunfo nace de esas premisas y el futuro se construye día a día.     
La apuesta de Velasco era –y es– también desde las bases. No solo tenía que ver con lo que la selección mayor hiciera en su nuevo ciclo sino que sabía que se necesitaba reforzar una estructura de trabajo que empezó con Javier Weber y Jon Uriarte. De ahí que los resultados –como siempre– llegaron después de un plan de trabajo coherente a largo plazo. Por primera vez en la historia, los seis equipos de base, tanto femeninos como masculinos, jugarán los mundiales de sus categorías. Habrá entonces presencia celeste y blanca en las copas del mundo tanto de menores, juveniles y sub 23 en mujeres y hombres.
Los buenos resultados en los seleccionados masculinos se venían registrando desde los últimos diez años. Ese proceso de crecimiento continúa en la actualidad. Por caso, la categoría menor masculina se quedó con el primer puesto del Sudamericano y así aseguró su lugar en el mundial que se jugará en agosto en Bahréin. Por su parte la juvenil, en Bariloche en 2016, le volvió a ganar una final sudamericana a Brasil para ser campeón y obtuvo el pasaje a la copa del mundo de 2017, con sede en la República Checa. Y la sub 23, con la camada subcampeona del mundo en 2015, viajó a México, donde se quedó con la Copa Panamericana y sacó boletos para el Mundial de Egipto 2017.

El otro salto
Sin embargo, en las selecciones femeninas el exitoso presente resulta novedoso. Desde la participación de las Panteras en los Juegos Olímpicos de Río 2016, el vóley femenino empezó a tener más visibilidad. Aun así, el proyecto comenzó a gestarse desde mucho antes de la cita olímpica. «Hace cuatro años que se viene trabajando de forma conjunta con la Federación del Vóleibol Argentino (Feva) apostando al crecimiento de la selección mayor y fortaleciendo el trabajo de base con un programa de captación de jugadoras en todo el país y con la posibilidad de crear distintos staffs de entrenadores para todas las categorías. Año tras año fue creciendo el nivel de los equipos, hasta ahora, que tenemos la posibilidad histórica de disputar el mundial en todas las categorías», cuenta Guillermo Orduna, entrenador de las Panteras, a Acción.
El sub 23 jugará su primer mundial luego de haberse clasificado en la Copa Panamericana del año pasado, en el que le ganaron a Perú en las semifinales. Las juveniles, pese a haber perdido la final con Estados Unidos en la Copa Panamericana de Costa Rica, lograron lo más importante: acceder al Mundial de México. Y la menor tendrá un 2017 más que especial teniendo en cuenta que la copa del mundo se disputará en agosto en Rosario y Santa Fe. Con un agregado digno de destacar: si bien el equipo ya tenía su lugar en el certamen por tratarse del país organizador, también se lo habrían ganado en la cancha al lograr el tercer lugar en el Sudamericano de Lima 2016.
«La presencia de las Panteras en Río 2016 influyó en la difusión, fue como ese efecto multiplicador que pasó con otros equipos de otros deportes que logran un objetivo grande. Acá generó participación y mayor interés. Además, el caso de las mujeres es histórico: por primera vez van a estar compitiendo a nivel internacional. Eso ayuda a la formación de las jugadoras, a su desarrollo y a que en unos años lleguen a la mayor con otra experiencia», explica Orduna, quien seguirá como DT de las Panteras.
Así, el 2017 se presenta como un año inolvidable. Con pautas claras, como lo marcó Velasco en su llegada al seleccionado; con una estructura que desarrolla un plan de trabajo y lo mantiene en el tiempo, parece que el futuro del vóley –por ahora– está asegurado.