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La legión argentina

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Después de Rusia 2018, donde hubo cinco representantes, los técnicos albicelestes consolidan su presencia en las ligas más importantes. El caso de España y las experiencias de Pochettino y Bielsa en Inglaterra. Proyecciones sobre el seleccionado local.


Vigo. Se saludan Mohamed y el Cholo en la previa del duelo entre Celta y Atlético de Madrid. (RIOPA / AFP / DACHARY)

Puede resultar curioso, pero mientras la selección argentina no tiene un entrenador definido y todavía atraviesa una transición, un interinato que al menos durará hasta fin de año, si algo le aporta el fútbol nacional al resto del mundo son sus técnicos. Y no están de relleno. Algunos de ellos marcan un estilo en sus ligas. Se vio en el Mundial de Rusia, donde cinco entrenadores argentinos se repartieron entre las 32 selecciones, incluida la Argentina, sobre la que a veces se debate si no debiera tener entrenador extranjero. Paradojas de un país exportador.
En Rusia, la selección lo tuvo a Jorge Sampaoli, Colombia a José Pekerman, Perú a Ricardo Gareca, Egipto a Héctor Cúper y Arabia Saudita contó con Juan Antonio Pizzi. Solo Gareca y Pizzi siguen en sus cargos después del Mundial. Cúper ahora es el entrenador de Uzbekistán, un hilo que lo mantiene en los márgenes del fútbol mundial –también había sido entrenador de Georgia–, a los 62 años.
Pero sin un Mundial a la vista, con Qatar 2022 todavía lejos, la incidencia de los entrenadores argentinos en el mundo se observa, sobre todo, en las ligas europeas. Y mucho más en la española, donde hay cinco técnicos nacidos en el país. Una cuenta básica indica que el 25% de los bancos de suplentes de los equipos de esa liga están comandados por argentinos.Diego Simeone ya no es una novedad. Atraviesa la octava temporada como entrenador del Atlético de Madrid, el único equipo que fue capaz de romper con el duopolio que mantienen Barcelona y Real Madrid desde hace más de diez años. Ganó la Copa del Rey en 2013, y Liga y Supercopa en 2014, pero además se quedó con dos Europa League y dos Supercopa de Europa (2012 y 2018), además de las finales de Champions. Simeone es la historia del Atlético de Madrid. Y con su liga siguió la senda de Helenio Herrera, Luis Carniglia, Alfredo Di Stéfano y Jorge Valdano, los otros argentinos que alguna vez ganaron un título con un equipo español.
Pero por fuera de Simeone, o tal vez por la puerta que abrió el técnico del Atlético de Madrid, la Liga española hoy tiene a otros cuatro técnicos argentinos, algunos de ellos que ya eran conocidos en esa tierra. Mauricio Pellegrino dirige al Leganés después de haber pasado por el banco del Valencia y Alavés. Eduardo Berizzo está a cargo del Athletic de Bilbao, el tercer equipo que conduce en España después de Celta de Vigo y Sevilla. Leo Franco es un caso particular. A los 39 años, se retiró como arquero del Huescas, que estaba en la segunda división, ocupó un cargo dirigencial y este año asumió como entrenador con el equipo en Primera. Y Antonio Mohamed abandonó la idea de un descanso después de haber trabajado en México para comandar el Celta de Vigo, su debut en la Liga española. «En España cobro la mitad que en México, pero no podía dejar pasar el desafío», dijo Mohamed al arribar a Vigo.

Puentes redondos
Así como Simeone se destaca en España, con otro estilo y otro contexto, también lo hace Mauricio Pochettino en la Premier League inglesa. A los 46 años, Pochettino construyó toda su trayectoria como técnico en Europa. Aunque nada se compara con lo que le ocurrió desde que llegó a Inglaterra para dirigir al Totten­ham, en 2014. No es exagerado decir que en los Spurs armó casi una escuela, una fuente de futbolistas e ideas que hasta enriqueció a la selección inglesa. El equipo de Gareth Southgate, que llegó hasta las semifinales de Rusia 2018, llevó a cinco jugadores del Tottenham. Pero no fue solo una cuestión de nombres: Pochettino transmitió a los futbolistas ingleses la disciplina para ejercer la denominada presión alta en el campo del rival y transmitir una mentalidad para jugar en equipo. Alguna vez Southgate reconoció que el argentino era el «arma secreta» de Inglaterra. Por todo lo que inspiraba.
Pochettino es de Murphy, Santa Fe, y salió de Newell’s, del riñón de Marcelo Bielsa, el otro entrenador argentino que trabaja en Inglaterra. No está en la Premier, pero este año desembarcó en el Leeds United, en la segunda división. Como ocurrió en sus experiencias anteriores más inmediatas, como el Athletic de Bilbao, el Olympique de Marsella, y el Lille –acaso la menos idílica–, Bielsa arrancó en el club inglés siendo una atracción más allá de lo que pasa en la cancha. A los 62 años, el rosarino dirige por primera vez en Inglaterra, un país al que hacía tiempo quería llegar, como él mismo confesó. Y aunque el Leeds es un equipo que hoy está en segunda, aspira a conseguir el ascenso a la Premier. Más allá de lo que rodea a Bielsa y sus gestos, como la relación con el inglés, todo eso que los medios suelen levantar, el inicio de su ciclo en el Leeds, dentro de un torneo largo, es prometedor. De hecho, hasta el cierre de esta nota, se encontraba en la primera posición.
Que Pochettino haya salido de Newell’s, el club donde Bielsa hizo escuela, no es una casualidad. Rosario y sus alrededores parecen una zona de producción de técnicos. Eduardo Berizzo nació en Cruz Alta, Córdoba, pero creció como futbolista en Newell’s y de la mano de Bielsa. Los últimos entrenadores de la Argentina salieron de ahí: Lionel Scaloni es de Pujato, Jorge Sampaoli es de Casilda, Edgardo Bauza es de Granadero Baigorria, Gerardo Martino –hoy también en el exterior, en Estados Unidos– es de Rosario. Y más atrás, César Luis Menotti, que también es de Rosario. De Rosario, en definitiva, es Lionel Messi.

En carrera
Sin embargo, que la Argentina produzca tantos técnicos no significó que siempre haya habido una colonización europea como la que se ve ahora. Herrera o Di Stéfano eran casos más bien de adopción. Cúper hizo pie en Mallorca, Valencia –jugó dos finales de Champions, en 2000 y 2001–, y en Inter de Italia. Pero hasta a los técnicos campeones del mundo con la Argentina les costó asentarse en Europa. Menotti ganó con el Barcelona una Copa del Rey, es cierto, y años después dirigió al Atlético de Madrid y a la Sampdoria en Italia. La experiencia de Bilardo en Sevilla, con Diego Maradona, fue muy gris. Y Carlos Bianchi llegó con todo a la Roma pero no le fue bien, como tampoco le fue bien en el Atlético, un equipo al que también dirigieron Juan Carlos Lorenzo, José Pastoriza y Alfio Basile. Pero eran tiempos en los que la exportación argentina se basaba en futbolistas.
Cuando llegó a la selección, Sampaoli no había dirigido nunca a un equipo de Primera de la Argentina. Su carrera se había hecho, sobre todo, en el exterior. Más allá de la evaluación sobre su trabajo, hay quien dice que eso también pesó en que se lo mire de costado. Hoy el entrenador interino de la selección es Lionel Scaloni, exfutbolista surgido en Newell’s y que, como Sampaoli, es de la zona futbolera que rodea a Rosario. Scaloni nació en Pujato, Santa Fe. Su única experiencia como entrenador fue en el fútbol juvenil de Mallorca. Sea él quien siga en la selección, o se busque a otro, el contexto pareciera indicar que el que sea será un repatriado.

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