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Oficio en el ring

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Campeona del mundo a base de sostenido esfuerzo, la sanjuanina combina su pasión por el boxeo con su trabajo docente. Fortalezas y debilidades del pugilismo femenino en Argentina.

 

Éxito. La argentina de 27 años defendió por segunda vez su título en la categoría mosca, en una pelea disputada en su provincia natal. (Télam)

Ya ni me acuerdo cuándo fue la última vez que fui a un boliche», señala Leonela Yúdica, boxeadora de gran actualidad, cuando reflexiona sobre las cosas que debe resignar debido a su nutrida agenda. Como muchos púgiles, la pasión por el boxeo se inició bastante tiempo atrás. De niña, Leonela miraba cómo Daniel Alcaraz, su tío con pasado de boxeador, se emocionaba con las peleas frente a la televisión. Hasta que a los 19 años la animó con seriedad: «Calzate los guantes», le dijo. Alcaraz es hoy su entrenador; y la sanjuanina Yúdica, a los 27, la campeona del mundo categoría mosca de la Federación Internacional de Boxeo. El pasado 1 de agosto defendió por segunda vez su título ante la estadounidense Tyrieshia Douglas en su provincia, San Juan, con cerca de 5.000 espectadores en el estadio Aldo Cantoni. Aunque la victoria fue por puntos en fallo unánime (96-94, 96-94 y 97-93), algunos la catalogaron como localista. Lo concreto es que Yúdica es una de las 15 campeonas mundiales argentinas de boxeo en la actualidad, lo que marca un crecimiento de la disciplina desde que Marcela la Tigresa Acuña se convirtiera en la licencia Nº1 en el país en 2001, cuando la Federación Argentina de Boxeo aceptó como profesional la práctica de las mujeres. Pero Yúdica no sólo no recuerda la última vez que fue a bailar por sus compromisos como boxeadora.  Egresada del Instituto Superior Domingo Sarmiento, es docente y ya ejerció como maestra primaria en escuelas de San Juan. «Ser maestra es mucho más que enseñar; en las escuelas se viven realidades muy distintas a lo que aprendemos en la teoría. Cada chico tiene una realidad diferente y uno entabla una relación con cada uno de los alumnos –contó Leonela en 2012 al diario Tiempo de San Juan–. Me encontré con un alumno que en pleno invierno iba con sandalias. Entonces junté ropa y zapatos que tenía y se los llevé. Me impactó verlo al otro día con lo que le había llevado: eso quería decir que realmente no tenía nada». La docencia, las primeras suplencias, fueron en los colegios rurales de la provincia. Nacida en Santa Lucía, al este de la capital sanjuanina, Yúdica se crió en el departamento de Chimbas e integra, ahora, la lista de concejales por el Frente para la Victoria para las próximas elecciones. Personalidad destacada de Chimbas, fuera del cuadrilátero, fue invitada por el Centro de Prevención Local de Adicciones para contar su experiencia. «El boxeo, como cualquier otro deporte, obliga a que uno dedique tiempo y mucha energía a entrenar y le resta a la oferta de distracciones que hay en la calle –les dijo a los presentes–; llegué a ser campeona del mundo a fuerza de mucha disciplina, dedicación y responsabilidad. De otro modo, no hubiese alcanzado lo que me hace feliz y me rodea».

Romper los estereotipos
El boxeo femenino argentino es hoy transmitido por la televisión pública. Las deportistas sobrepasaron el estereotipo, tiraron a la lona el término «marimacho», le ganaron por nocaut a la discriminación. Muchas son profesionales y madres. Las 15 campeonas regulares se reparten en las 4 entidades de relieve:la Organización Mundial de Boxeo (OMC); la Asociación Mundial de Boxeo (AMB); el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Federación Internacional de Boxeo (FIB). Como destacó el periodista Damián Pellecchia en el sitio Campeones en el ring, Argentina es el país con mayor cantidad de reinas mundiales en la actualidad.
Aunque la proliferación de organismos desprestigia a este deporte, la gran falencia de las mujeres boxeadoras parece ser el desarrollo de la técnica. La Princesita Yúdica, que ganó su corona el 19 de diciembre de 2014 ante la uruguaya Gabriela Bouvier y que suma 13 peleas con 10 triunfos y 3 empates, no es la excepción. Es cierto: la paga, magra, las obliga a emplearse y a reducir horas de entrenamiento. «Es imprescindible tener una líder impactante y penetrante en el público para poder sostener este récord y crear un clima de consumo positivo que, pese a todas sus riquezas, hoy no tiene el boxeo femenino en la Argentina –escribió el especialista Osvaldo Príncipi en La Nación–. La cantidad de peleas oficiales se convirtió en un juego repetido, sin sorpresas ni conmoción. Y el espaciado impacto que despiertan solo algunos combates de calidad se suma a esta situación». Otra contra: el periodismo deportivo, ante iguales condiciones profesionales, le dedica 44 minutos al deporte femenino por cada 24 horas de información en la TV y el 16% de las noticias en las páginas de los diarios destinadas al deporte, según un informe de la lingüista Elena Gómez, profesora de la Universidad Europea de Madrid. Y cuando informa, aclaró, las muestra en bikini. Pese a estos condicionantes, las deportistas no bajan la guardia. El boxeo femenino, olímpico recién desde los Juegos de Londres 2012, cuenta con púgiles de vocación como Leonela Yúdica, la maestra que a base de esfuerzo y dedicación sueña con pelear en el exterior y ser un símbolo de San Juan.

Roberto Parrottino