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Renacer de golpe

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El tandilense obtuvo su primer Masters 1000 y avanzó al sexto lugar del ranking en su mejor comienzo de temporada. Los cambios positivos en su preparación generan expectativas para disputarle a Federer y Nadal su liderazgo en el circuito tenístico.


Indian Wells. Con carácter el argentino consiguió uno de los mayores triunfos de su carrera. (HOW / GINA / AFP / DACHARY)
 

Juan Martín del Potro está segundo en el ránking de tenis de 2018. En otras palabras: después de Roger Federer, es el mejor tenista de este año, cuando resta disputarse la mitad del calendario. Sexto en el ranking de la ATP, el tandilense sumó este año 15 victorias consecutivas, interrumpidas con su derrota ante el estadounidense John Isner en las semifinales del Masters 1000 de Miami. Si pasaba a la final, se hubiese convertido en el Nº 3 del mundo y alcanzado su mejor posición histórica.
Para consolidarse entre los primeros lugares del top ten, Del Potro obtuvo dos títulos –su primer Masters 1000 en Indian Wells, de especial relevancia, y el torneo de Acapulco–, en tanto avanzó a la semifinal y final de los certámenes de Miami y Auckland. Desde que comenzó la temporada, registra un récord de 25 victorias y apenas 5 derrotas, números suficientes para avanzar del puesto 11 al 6 del ranking y concretar el mejor comienzo de temporada en su trayectoria. Por otra parte, sus progresos en el escalafón mundial desataron especulaciones sobre sus chances de convertirse por primera vez en Nº1 del mundo. También reabrió debates más profundos, por caso, ubicar, o no, a Del Potro como el segundo tenista argentino más brillante después de Guillermo Vilas. Discusiones al margen, el tandilense continúa haciendo historia. Medallista olímpico –bronce en Londres 2012, plata en Río de Janeiro 2016–, ganador del Abierto de Estados Unidos en 2009 y campeón de la primera Copa Davis para Argentina en 2016, Del Potro concretó otro suceso este año. Alcanza con repasar que, hace apenas dos años, se encontraba en el puesto 1045 luego de someterse a cuatro operaciones de muñeca (tres en la izquierda, una en la derecha). Una posición que parecía alejarlo para siempre de los mejores del circuito. O, para ser precisos, del cuarto lugar que supo conquistar en 2010.
Algunas claves para comprender este presente que lo tiene a tiro del Nº 1 se vinculan con el llamado «entorno». Sin entrenador desde 2015, cuando decidió apartarse de Franco Davín, el exjugador de dobles Sebastián Prieto lo preparó para competir en el Abierto de Estados Unidos 2017. Debido al buen nivel exhibido (avanzó a las semifinales), el tandilense sumó a Prieto a su equipo de trabajo. También aceptó la recomendación del kinesiólogo Diego Rodríguez de practicar yoga como herramienta para la concentración y la relajación. Otra ayuda, no menos importante, fue la incorporación del psicólogo Juan José Grande para lograr dejar atrás frustraciones del pasado. Hasta entonces, cabe recordar, había sido reacio a métodos que no fuesen los entrenamientos y las charlas con la familia y los amigos de la infancia en Tandil. Esos cambios, muy relevantes para su forma de encarar el tenis, surtieron efecto en el juego.

Un buen momento
Modesto Tito Vázquez condujo a Del Potro entre 2009 y 2011, cuando se desempeñaba por segunda vez como capitán del equipo de Copa Davis. «Es un fenómeno que se ha recuperado de las lesiones de muñeca y eso es muy difícil –analiza Vázquez–. Lo de él es admirable y se hace camino al andar, porque el hecho de ir ganando le da un plus mental que es lo que estaba necesitando para encarar este año. Para él es un momento ideal porque hay un vacío muy importante en este momento en el circuito». Ese renacer, esa resurrección, fue –y es– un tema de análisis en los más variados ámbitos, no soo en el deportivo. La prestigiosa revista cultural The New Yorker se preguntó si era demasiado tarde para una rivalidad entre Federer y Del Potro. «Nadal y Djokovic desafiaron a Federer con distintas técnicas de juego. Del Potro, como Federer, se basa en el poder y la agresión –escribió el periodista Gerald Marzorati, autor del libro Late to the ball (2017)–. Con Murray recuperándose de una cirugía de cadera, con Djokovic recuperándose de codo y rodilla, y sin ninguna otra estrella emergente, ¿por qué no reanudar una rivalidad que tendría que haber sido y que no fue por las lesiones de Del Potro? Mejor tarde que nunca».

Máximos desafíos
Del Potro volverá al circuito en la segunda semana de mayo, en la gira de polvo de ladrillo, la superficie donde menos se siente cómodo: primero el Masters 1000 de Madrid, luego el de Roma y, al final, jugará Roland Garros. La ventaja para llegar al Nº1, además de la lesión de Nadal, el parate de Federer en canchas lentas y el retroceso de Djokovic y Murray, es que tiene todo para sumar puntos: solo defiende de 2017 los cuartos de final en Roma. Ante el apresuramiento externo, el tandilense dijo: «Entiendo el entusiasmo, pero soy el primero que tiene que estar tranquilo y con los pies sobre la tierra y sabiendo cuál es mi objetivo. No estoy pensando en el ranking, en ese tipo de presión. Simplemente estoy disfrutando mi juego. Mi objetivo es jugar una temporada completa sin tener que saltearme partidos por lesiones. Hoy el Nº1 es Federer y lo tiene muy bien puesto». Del Potro, sin embargo, no es ajeno a las expectativas. Para llegar al segundo lugar del ranking, el 10 de junio, día en que finaliza Roland Garros, deberá avanzar –como mínimo a los cuartos de final del segundo Grand Slam del año, obtener un título en esos tres torneos de polvo ladrillo en los que participará, a lo que se añade algún traspié de Nadal.
Difícil pero no imposible. Mucho más si se considera que tuvieron que pasar más de diez años y 90 torneos desde la última consagración de un argentino en un Masters 1000, cuando David Nalbandian venció en París-Bercy a Nadal. El que cortó la racha fue Del Potro ante el mismísimo Roger Federer, en Indian Well, luego de una final dramática e inolvidable. «Es increíble lo que está logrando –dijo el suizo de él, con quien perdió, a su vez, su primer partido en 2018–. Aprecio mucho lo que está haciendo porque yo también he sufrido una lesión de larga duración y sé lo difícil que es volver a la élite. Juan Martín está jugando a un magnífico nivel y es uno de los rivales que más habrá que tener en cuenta en los próximos torneos». Lo dice Federer, para muchos el mejor de todos los tiempos. Palabras mayores, claro.

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