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La edición 2019 augura un atractivo duelo entre pilotos y escuderías con el quíntuple campeón Lewis Hamilton, las renovadas Ferrari y los Red Bull como principales protagonistas. Los cambios reglamentarios para potenciar el espectáculo.

Melbourne. El finlandés Bottas, ganador del primer Gran Premio, encabeza la fila de autos. (Parks/AFP/Dachary)

La Fórmula 1, uno de los acontecimientos más relevantes del calendario, presenta en 2019 un desafío deportivo para la mayoría de las escuderías y pilotos: destronar al inglés Lewis Hamilton, quintúple campeón, y a la marca Mercedes, ganadora de las últimas 5 ediciones. Existe otro factor para tener muy en cuenta, dado que los directivos de la máxima categoría del automovilismo mundial decidieron cambios en busca de carreras más entretenidas, con alternancia en los primeros puestos y sobrepasos (así se denomina al momento en que una máquina supera a otra). En definitiva, potenciar el espectáculo fue algo que estuvo faltando durante las últimas temporadas, muchas de ellas con desarrollos previsibles.
Conviene recordar un episodio que incidió para que mermara el interés por la Fórmula 1. En 2017, las modificaciones reglamentarias tuvieron consecuencias negativas: si bien los autos acrecentaron su velocidad y reforzaron su seguridad, comenzó a observarse inestabilidad en el manejo por parte de los conductores, principalmente en las curvas, donde las máquinas sufrían turbulencias para intentar superar a otras. Esto hizo que los pilotos optaran por respetar cierta distancia en las curvas, lo que significó una disminución de más del 50% en los sobrepasos en las últimas dos temporadas. Alertada por este factor, la Fórmula 1 tomó nota. Liberty Media, la empresa estadounidense que se quedó con la F1 en 2016, apunta a cambiar radicalmente los monoplazas a partir de 2021, a la vez que estudia agregar al calendario una segunda carrera en China y otras dos en Vietnam y África.

Motores en marcha
Para 2019 las novedades no serán muchas, aunque se espera que influyan de manera positiva en la categoría. Entre las más significativas, se destacan los alerones delantero y trasero, de mayor amplitud y altura y con diseños más simples, y la posición de los espejos retrovisores y luces en la parte trasera de los coches para que sean más visibles cuando llueve. El objetivo es mejorar la seguridad de las monoplazas a la vez que ayudar a los pilotos a hacer sobrepasos en pista. Ross Brawn, director deportivo de la Fórmula 1, defendió los cambios al afirmar que «nuestro trabajo de simulación y el que hemos realizado conjuntamente con los equipos nos dice que los efectos son tangibles», aunque agregó que sus beneficios reales se verán durante los grandes premios oficiales.
En ese plano, los atractivos deportivos crecerán en un certamen cuyo inicio, como es tradición, fue en Melbourne, Australia. Fundamentalmente porque Mercedes mantiene a Hamilton, el campeón que alcanzó en cantidad de títulos a una leyenda como Juan Manuel Fangio, y al finlandés Valtteri Bottas, quien ganó en Melbourne. Favoritos para conservar la hegemonía de la marca, deberán lidiar con Ferrari, la legendaria escudería de la Fórmula 1 que tomó decisiones de peso con miras a reconquistar el campeonato de pilotos y la copa de constructores luego de una década sin logros. Para ello mantuvo al alemán Sebastian Vettel (4 veces campeón) y sumó al monegasco Charles Leclerc, joven de 21 años formado en Ferrari, de auspiciosa pretemporada.
Detrás de Mercedes y de la escudería italiana, aparece otra vez Red Bull con su carta fuerte: el holandés Max Verstappe, ganador de dos carreras y con tres podios en 2018. Subsisten incógnitas teniendo en cuenta que Red Bull ahora tendrá como proveedor de motores a Honda, lo cual puede demandar un tiempo de pruebas. Ligado con esto último, varios especialistas señalan que el certamen podría abrirles lugar a otras escuderías debido a que las distancias se acortaron. Renault aspira a regresar a un podio, en tanto también se cifran expectativas en Alfa Romeo Racing  y los McLaren.
De ahí que la disputa entre marcas estará en el centro de escena. Hamilton, sin ir más lejos, destacó que existe ventaja de Mercedes, Ferrari y Red Bull, pero alertó: «No sé quién es el cuarto, pero están mucho más cerca de lo que estaban antes», sostuvo. A ello se suma la competencia entre pilotos, revitalizada y con un reto simultáneo para el británico: acercarse al récord del alemán Michael Schumacher (máximo ganador con 7 coronas) y evitar el regreso triunfal de Ferrari. Un foco de interés más para una Fórmula 1 decidida a recobrar el brillo de otros tiempos.
 

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