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Assange, ese hombre valiente

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Telma Luzzani

El periodista australiano recuperó la libertad tras años de persecución y hostigamiento por haber revelado las atrocidades cometidas por Estados Unidos y sus aliados. Sus hallazgos y sus enemigos.

En el aire. Assange mira desde el avión el aeropuerto de Bangkok, este martes 25 de junio.

Foto: @wikileaks

La libertad de Julian Assange no es solo un acto de justicia básica a favor de un hombre que no hizo más que cumplir con su deber como periodista.

Su liberación es el triunfo de un derecho humano esencial, que puede llamarse «libertad de prensa o de expresión», pero que es mucho más profundo que eso: es la necesidad imperiosa que tenemos como especie de buscar la verdad, de conocerla y apropiárnosla y, luego, compartirla con nuestra comunidad. 

Julian, fundador de Wikileaks, reveló a través de este sitio, con pruebas  fehacientes y a disposición de quien quiera conocerlas, la matanza que soldados estadounidenses perpetraron, a sangre fría –y según consta en los audios, solo por diversión–, contra civiles inocentes en Bagdad. Y no solo eso, entre muchos otros documentos secretos dio a conocer informes sobres las aberraciones cometidas por Estados Unidos en la cárcel de Guantánamo y otras violaciones a los derechos humanos. 

Las pruebas y la verdad difundidas por Wikileaks fueron tan demoledoras que Washington no pudo negarlas. Entonces, comenzó la cacería, apelando a cualquier estrategia y sin ocultar el deseo de matarlo. Julian, genio de las matemáticas, periodista y militante, fue perseguido, sometido a todo tipo de irregularidades jurídicas; traicionado por el expresidente ecuatoriano Lenín Moreno que le sacó el asilo otorgado por su antecesor, Rafael Correa, en la embajada ecuatoriana en Londres y hasta fue víctima de planes criminales como el expresado por la entonces canciller estadounidense Hillary Clinton, quien propuso: «¿No podemos sencillamente atacar con un dron a ese tipo?».

Londres. El fundador de Wikileaks firma documentos para ser liberado.

Foto: Captura de pantalla

Alerta y expectativas
El lunes 24 de junio fue liberado de la prisión británica de máxima seguridad Belmarsh. El Tribunal Superior de Londres le otorgó libertad bajo fianza luego de que Assange llegara a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y se declarará culpable solo del cargo de «conspiración para obtener y difundir información relativa a la defensa nacional» de ese país. 

Assange comparecerá este miércoles 26 en el tribunal de las Islas Marianas, bautizadas por Fernando de Magallanes en el siglo XVI como las «Islas de los Ladrones» y que en la actualidad pertenecen a Estados Unidos. El archipiélago incluye la isla de Guam, donde el Pentágono tiene su base militar más importante del Pacífico: sin ella no habrían sido posibles los bombardeos y operaciones de asedio contra el pueblo vietnamita durante la Guerra de Vietnam.

El mundo debe estar atento. Assange no deja de ser un objetivo. Se ha convertido en un ejemplo de que David puede vencer a Goliat y de que vale la pena defender los valores de la verdad y la justicia. Enfrentó a las fuerzas y a las naciones más poderosas de su tiempo histórico; atravesó el infierno y lo superó. Lo hizo con la solidaridad y la lucha de muchas mujeres y hombres que entendieron su causa y han decidido no abandonarlo.

Las primeras fotos de Julian en libertad muestran un hombre emocionado volviendo a casa para reecontrarse, cinco años después, con sus hijos. Su figura nos dice que los héroes existen y que son parte de nosotros.  Julian Assange nos enorgullece.

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