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Brasil mira hacia el centro

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Telma Luzzani

La centroderecha retuvo la mayoría de las intendencias, un resultado con lecturas opuestas para Lula y Bolsonaro de cara a 2026. San Pablo y Río de Janeiro, tsunamis políticos. Quién es Pablo Marçal.

Discurso. Ricardo Nunes, el candidato apoyado por Bolsonaro, ganó en primera vuelta en San Pablo por escaso margen.

Foto: @ricardo_nunessp

Las elecciones a intendentes y concejales de 5.569 ciudades de Brasil, el pasado domingo 6 de octubre, despertaron una gran expectativa. La atención estuvo enfocada en detectar si el mapa político del país seguía girando en torno a la polarización izquierda/extrema derecha y a sus respectivos referentes Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro. 

En ese sentido, los datos clave estaban centrados especialmente en los resultados de la gran capital económica, San Pablo (más de 12 millones de habitantes y 9,5 millones habilitados para votar) y Río de Janiero, bastión del bolsonarismo, segunda ciudad más populosa de Brasil, con 7 millones de habitantes (5 millones habilitados para las urnas).

Si se mira el país en su conjunto –y no solo las mega ciudades Estado– la conclusión de esta primera vuelta electoral es que los brasileños, a la hora de elegir autoridades municipales, son muy conservadores. 

La centroderecha, llamada popularmente centrão (Partido Social Democrático, PSD; el histórico Movimiento Democrático de Brasil, MDB; el Partido Progresista, PP y Unión Brasil, UB) ganó otra vez la mayoría de las intendencias. En los comicios regionales anteriores (2020), el centrão había triunfado en la mayoría de las ciudades. Con Lula recién salido de su prisión en Curitiba y su partido demonizado durante años por la prensa hegemónica, el PT, en aquella elección, no ganó ninguna capital estatal. Los candidatos del bolsonarismo tampoco tuvieron un buen desempeño.

Tras las elecciones del domingo pasado, el reiterado predominio del centrão en el mapa regional es leído por los petistas como una victoria del oficialismo ya que muchos de sus partidos integran la actual coalición del Gobierno nacional.


Hacia el balotaje
Los candidatos que se disputaban la intendencia de la influyente megápolis brasileña eran tres. Ricardo Nunes (MDB), quien buscaba la reelección como intendente con apoyo de Bolsonaro y el gobernador del Estado de San Pablo, Tarcisio de Freitas, un hombre que aspira a convertirse en el próximo presidente de Brasil en 2026. 

Guilherme Boulos (Partido Socialismo y Libertad, PSOL), apoyado por Lula, es docente, líder del Movimiento sin Techo y exdiputado federal. 

Unidad. Boulos con Lula, en un acto de cierre de campaña, este 5 de octubre.

Foto: Getty Images

Pablo Marçal, del Partido Renovador Trabajador Brasileño (PRTB), de extrema derecha, quien buscó captar al electorado bolsonarista. Marçal es poco conocido en la arena política, es un influencer en las redes sociales que cultiva la «moda» política de la provocación y el odio. Su campaña política estuvo centrada en la difusión de información falsa y en la difamación a sus contrincantes.

Nunes con un 29,5% de votos y Boulos con 29% pasarán al balotaje del 27 de octubre próximo, día del cumpleaños de Lula. En tercer lugar, quedó Marçal, con 28,15%. El electorado paulista está fragmentado en tercios y aparece como muy desinteresado: hubo un 25% de abstención. 

Si bien Nunes retuvo la intendencia más importante de Brasil, para Darío Pignotti, uno de los especialistas que mejor conoce la política de Brasil, esto «no debe ser entendido como un triunfo para Bolsonaro, sino para el gobernador Freitas, que es un derechista controlado. Los medios lo pintan como alguien más contenido: es militar bolsonarista, pero menos revulsivo que el expresidente».

En estas elecciones Bolsonaro fue derrotado en San Pablo y en Río de Janiero. «En San Pablo tuvo dos reveses: primero con la aparición de Pablo Marçal, una suerte de Bolsonaro 2.0, un lumpen digital que hizo una buena elección sin desafiarlo a él en persona, pero sí disputándole el liderazgo de la extrema derecha. Es un personaje más parecido a Milei que al expresidente brasileño. El segundo revés es porque la victoria de Nunes consolida al gobernador Freitas como candidato a la presidencia por el bolsonarismo en el 2026».

En cuanto al Partido de los Trabajadores, Pignotti considera que no hizo una buena elección. «En el cinturón de acero, en San Bernardo, donde Lula surgió como líder sindical, el PT ni siquiera llegó al balotaje. También fue decepcionante en varias ciudades del interior. Se esperaba más».

Influencer. Pablo Marçal, a lo Milei, utiliza las redes sociales para demonizar a sus adversarios.

Foto: @pablomarcal

«Dicho esto –continúa Pignotti–, si se piensa en las elecciones de 2020, cuando los cantos de cisne insistían en que el PT estaba muerto, esta votación fue mucho mejor. La prensa hegemónica daba por perdido a Boulos y la diferencia con Nunes fue de apenas 25.000 votos».

Por otra parte, la idea que intentó instalar la prensa brasileña de que  los resultados de estas votaciones son un indicador para las presidenciales de 2026 fue desestimada por el especialista. «Los comicios regionales son un testeo, pero esto no significa que Lula haya quedado eclipsado para las elecciones de 2026. No hay una vinculación inmediata», aseguró.


Golpe carioca 
En Río de Janeiro, la victoria del derechista Eduardo Paes (PSD), quien obtuvo su reelección en la primera vuelta con el 60% de los votos, es considerado una muy buena noticia para Lula. 

Paes contó con un fuerte respaldo financiero del Gobierno nacional para la realización de importantes obras de infraestructura y en el campo de la educación y salud.

El candidato bolsonarista Alexandre Ramagen (PL) hizo una pésima elección. Era delegado de la Policía Federal y fue designado por el propio Bolsonaro, cuando era presidente, como jefe de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin). Otra doble afrenta para Bolsonaro: fue derrotado su candidato y humillado en su propio feudo, Río. «Fue una gran derrota de Bolsonaro. Se comprometió por completo en la campaña de un hombre de su absoluta confianza», explicó Pignotti.

El 27 de octubre próximo en San Pablo, en el balotaje, probablemente se dirima el futuro de Brasil. Nunes contará con el apoyo obvio de la extrema derecha y su triunfo es casi seguro. Esto, para Pignotti, representa «un fuerte impulso a la ya muy robusta maquinaria política que tiene el Estado de San Pablo con Freitas. La derecha va a tener la gobernación y la alcaldía».

Allí estará  el futuro rival de Lula si es que el petista se presenta a su reelección.

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