7 de octubre de 2015
Un artículo publicado en The New York Times reavivó la polémica sobre la complicidad de las fuerzas armadas estadounidenses con las violaciones de niños en Afganistán. El diario relata cómo se expulsa a quienes denuncian que las milicias locales aliadas con Washington en la lucha contra los talibanes ejecutan la práctica pedófila conocida como bacha bazi en bases norteamericanas. George Buckley, padre de un soldado asesinado en 2012 por un policía afgano, reprodujo el relato que hacía su hijo sobre la situación: «Por las noches podemos oírlos gritar, pero no estamos autorizados a hacer algo al respecto, los oficiales me dijeron que mirara para otro lado porque era su cultura». Recientemente, miembros del Congreso y excompañeros del sargento Charles Martland y el capitán Dan Quinn pidieron que los repongan en sus cargos. Ambos atacaron a un comandante afgano que admitió entre risas haber violado al niño en cuestión. En su momento, un vocero del Pentágono declaró que no había «una política para pasar por alto los abusos a derechos humanos, pero que, en última instancia, este tipo de casos eran un asunto de la ley afgana».