13 de febrero de 2019
Peñón. Símbolo del estratégico estrecho. ( Guerrero/AFP/Dachary)Entre las consecuencias impensadas del Brexit, hay una que disgustó especialmente al gobierno de Theresa May: la inscripción de Gibraltar como «colonia británica». Para beneplácito de la corona española, que reclama la devolución del enclave que cierra el estrecho en que el Mediterráneo desemboca en el Atlántico, la Unión Europea planteó el 1 de febrero un documento para que los países miembros reconozcan que hay «una controversia entre España y el Reino Unido» que debería solucionarse atendiendo a las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Hasta el presente, y mientras Gran Bretaña fue parte de la UE, el tema estaba adormecido en el marco de un paraguas protector. El caso es similar al de las Malvinas, al que la UE definió como territorio de ultramar del Reino Unido. Ahora también debería reconocer que hay una controversia entre Londres y Buenos Aires. O al menos retirar esa denominación del Tratado de Lisboa.