8 de julio de 2015
La brutal represión contra los manifestantes que ingresaron al edificio del parlamento en Westminster, muchos en sillas de ruedas, dejó en claro que el ajuste británico es impiadoso. Cientos de ellos, liderados por la organización Gente Discapacitada contra los Recortes, no fueron escuchados por los políticos. Pero su acción expuso que el gobierno del conservador David Cameron descentralizará un fondo que sostiene a 18.000 personas en esa condición y hará que los municipios más quebrados terminen suprimiendo esa ayuda que sirve para costear a sus cuidadores. «La austeridad mata», gritaban los manifestantes. Los subsidios les permiten tener mayor independencia y evitan que su vida sea un arresto domiciliario. «Es lamentable que la policía haya atacado a gente que estaba en silla de ruedas. Una de las cuidadoras de los discapacitados fue sacada del cuello», criticó una de las activistas que encabezó la protesta.