8 de julio de 2015
El derecho a decidir la propia muerte está legalizado en Bélgica desde 2002. Aunque los últimos registros muestran que se concretaron 1.816 procesos de eutanasia en un año, el reciente caso de Laura desató la polémica. El Estado autorizó a esta joven de 24 años, internada en un psiquiátrico por sus tendencias suicidas, a someterse a la inyección letal. «Simplemente nunca tuve ganas de vivir» confirmó la protagonista a la prensa local. A pesar de que los médicos diagnosticaron que padece una depresión que «no puede ser aliviada de forma aceptable», sorprende que se diera ese permiso a alguien sin padecimientos físicos.