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Un retador a la derecha

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Alejandro Pairone

Emergente republicano, Ron DeSantis desafía el liderazgo de Trump con apoyo del establishment y su libreto de guerra abierta contra la agenda progresista.

En ascenso. Conferencia de DeSantis previo al comicio en el que fue reelecto como gobernador de Florida por amplio margen, en 2022.

Foto: Chandan Khanna/AFP

Las últimas elecciones legislativas estadounidenses, donde nada fue como se esperaba, abrieron paso a una reconfiguración de liderazgos en los dos partidos del sistema. Para los demócratas el resultado fue mejor del imaginado, y al final del conteo emergió una generación con ascendente latinoamericano, asiático y afroamericano como nunca antes hubo en sus primeras líneas. Pero lo más interesante ocurrió en las filas republicanas con un triunfo tan estrecho que supo a derrota. Allí se produjo la irrupción de un joven y potente retador a la hegemonía intocable del expresidente Donald Trump, el mayor perdedor de aquellos comicios del 8 de noviembre.
El retador es el gobernador de Florida, Ron DeSantis, de 44 años, quien inició el camino largo y sinuoso de la interna republicana para las presidenciales de 2024 tras alcanzar su reelección con el 60% de los votos que lo dejaron en el centro del universo derechista estadounidense. De inmediato comenzó una fuerte migración de figuras del establishment hacia sus playas.
La «voz de ahora» la puso la misma noche del escrutinio el magnate mediático Rupert Murdoch, propietario de News Corp, quien venía tomando distancia de Trump, pero ahora rompió definitivamente. «The Future» fue la portada del The New York Post del 9 de noviembre que marcó el cambio, ilustrada con la foto de DeSantis. En los días siguientes The Wall Street Journal advirtió lo malo que había sido el Gobierno de Trump, la cadena de noticias Fox News se deshizo de columnistas y asesores allegados al expresidente tras abrir el aire a sus opositores internos, mientras los principales presentadores comenzaron a atacar a los supremacistas que integran la segunda línea de Trump.
Fox News es la cadena más vista de los Estados Unidos y la señal de referencia de los extremistas conservadores, con una línea similar a la de La Nación+ y una penetración proporcional a la de TN en la Argentina. Su vertiginoso giro fue acompañado por otras estrellas republicanas como Roy Bailey, el recaudador que juntó mil millones de dólares para la fallida campaña trumpista de 2020. «Hay un interés creciente por DeSantis entre los financistas republicanos. Todos estamos interesados en él», avisó.
Donald Trump tomó nota y no pasa un día sin cascotearle el rancho al joven león que le disputa la manada. Lo define como desagradecido porque el expresidente lo apoyó y protegió en su camino a la gobernación. Reveló que la misma noche de las elecciones le exigió que no presentara candidatura, y remató: «Creo que si se presenta como candidato podría lastimarse mucho, demasiado. No sé si lo hará. Te diría cosas de él que no serán muy halagadoras; sé más sobre él que nadie, aparte de, quizás, su propia esposa». Trump amenazó sin filtros a su retador horas antes de lanzar su tercera postulación presidencial, hacia 2024, en su mansión de Mar-a-Lago de Florida, donde gobierna DeSantis.

Extremista con otras formas
Ronald Dion DeSantis nació en septiembre de 1978 en el seno de una familia con negocios turísticos en la localidad de Jacksonville. Es padre de tres hijos con la expresentadora de noticias Casey Block. Abogado con estudios de grado y posgrado en las universidades de Yale y Harvard, se sumó a las fuerzas especiales de los Navy SEALS pero no como soldado sino como asesor legal de la comandancia, con destino en Guantánamo (2005/2007) y Fallujah, Irak (2007/2008).
En 2010 adhirió ya formalmente al Partido Republicano y en 2012 alcanzó una banca en la Cámara de Representantes (diputados) que retuvo por tres períodos, y que le sirvió para construir el perfil neoliberal de extrema derecha hegemónico en la cultura conservadora actual. Por ejemplo, en el Congreso intentó eliminar el salario de los legisladores, porque «su tarea debe ser un acto de servicio»; pidió suspender la asistencia estadounidense a Palestina hasta que reconozca al Estado de Israel, y es cofirmante de una decena de iniciativas para reducir impuestos y regulaciones a las empresas.
Pero fue en la gobernación donde llevó las posiciones de ultraderecha al extremo de presentarse como cabeza de una «guerra cultural contra el progresismo», con una mayoría holgada en la legislatura que avala todas sus políticas. Por ejemplo, obligó a todos los docentes de las escuelas públicas a declarar por escrito sus posiciones políticas a fin de «evitar adoctrinamiento socialista». En Florida las mujeres transgénero no pueden disputar competencias deportivas como mujeres, mientras que los bancos o entidades financieras tienen prohibido poner cuestiones ambientales entre los condicionantes para créditos o planes de inversión.
En agosto desplazó por decreto al fiscal general de Tampa, el segundo distrito del Estado, con el argumento de que se pronunció en favor del derecho al aborto y a la afirmación de la identidad de género en las personas trans. Ese mes cargó dos aviones de pasajeros con inmigrantes indocumentados y los dejó con lo puesto en la isla Martha’s Vineyard, en Massachusetts, un centro turístico de clases altas en el Estado gobernado por un republicano moderado que propugna una política flexible a las migraciones.
Su pico de extremismo fue la sanción de la Ley conocida como «Don’t say gay (no digas gay)», que prohibió hablar sobre orientación sexual e identidad de género en todas las escuelas públicas y privadas. La primera consecuencia fue una guerra abierta, con amenazas e intercambio de represalias, con la mayor empleadora y aportante del PBI de Florida, The Walt Disney Company, que cuestionó la ley por segregacionista y contraria a la integración social de las minorías.
Miembro activo de la Asociación Nacional del Rifle, en su campaña por la reelección prometió la libre portación de armas en público sin necesidad de licencias especiales. Con aquellas medidas y estas propuestas Ron DeSantis obtuvo el 60% de los votos y, según la última encuesta mensual de diciembre del diario Usa Today y la Suffolk University, si las primarias republicanas fueran ahora, DeSantis le ganaría a Trump por 56% a 33%. También se impondría sobre un Joe Biden candidato por 47% a 43%. Y todo sin siquiera haber lanzado formalmente su candidatura.
El mismo sondeo reveló que los votantes conservadores lo perciben como una evolución de Donald Trump, con igual identidad ideológica pero sin su arrogancia ni sus escándalos: «El modelo perfecto para un nuevo Movimiento Conservador», lo definieron.

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