13 de enero de 2025
Georgieva. Elogios a Milei y planteo del pliego de condiciones para un nuevo acuerdo.
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En estos días asistimos al enésimo capítulo de la relación de nuestro país con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En esta circunstancia el presidente Javier Milei deposita todas sus esperanzas en su «amigo» Donald Trump.
Resulta imprescindible recordar que el mandatario electo de los Estados Unidos, en su anterior gestión, liberó para su entonces amigo Mauricio Macri, el crédito más grande de la historia del FMI, de 57.000 millones de dólares, a partir del cual la Argentina, luego de los años del kirchnerismo cuando se desvinculó del control del FMI sobre la economía nacional, retomó su endeudamiento con el organismo internacional.
Consecuentemente se vuelve a dar el «minué» de los condicionamientos que van estableciendo los burócratas del FMI a las políticas económicas de nuestros Gobiernos. Recientemente, su directora, Kristalina Georgieva, se pronunció taxativamente valorando el plan económico de Javier Milei y Luis Caputo. Sus declaraciones, si bien tienen un tono de impactante apoyo al Gobierno nacional: «Argentina es uno de los casos más impresionantes de la historia reciente», dijo, no dejan de lado sus clásicas «recomendaciones». A renglón seguido la directora enuncia las «sugerencias». Exige ir mucho más a fondo en el modelo ultraortodoxo del presidente; reclama, sin ninguna aspiración de originalidad, liberar las restricciones cambiarias, o sea, una devaluación; una vez más demanda «sustentabilidad del sistema jubilatorio», es decir, una reforma privatista, incluyendo la extensión de la edad de las mujeres a 65 años; y por último no trepida en plantear la necesidad de reducir los subsidios en energía y transporte, lo que no es otra cosa que aplicar tarifazos más fuertes para los usuarios de estos servicios.
También habría que registrar que el reclamo devaluatorio del FMI tiene una clara coincidencia con la demanda de las organizaciones que integran la mesa de enlace agropecuaria.
Otro año sin Presupuesto
En tanto, el Gobierno convocó a sesiones extraordinarias del Congreso Nacional sin incluir en el temario el tratamiento del Presupuesto nacional para este año, con lo cual ratifica su interés en que no se trate la ley de leyes, o sea, la ley más importante para la Nación y el pueblo, con el propósito de mantener la discrecionalidad en la asignación de recursos.
Congreso. Diputados sesionando en diciembre: el Gobierno convocó a extraordinarias sin incluir el Presupuesto.
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Este tema es particularmente crítico teniendo en cuenta que con 2025 serían dos ejercicios consecutivos sin que el Parlamento debata y apruebe el Presupuesto, que no es ni más ni menos que la ponderación de la asignación del conjunto de los recursos que el sistema productivo genera. En suma, esta decisión implica un recorte del rol del Congreso y del propio sistema democrático asentado en la división de poderes. Nuestra convicción es que el Congreso Nacional debe tener un rol creciente ya que allí se expresa la representación del pueblo, y no lo contrario.
Mientras esto ocurre el Gobierno sostiene su denominada «batalla cultural» con el propósito de seguir influyendo sobre la opinión pública en base a un discurso polarizante, para «derrotar definitivamente al kirchnerismo». En esa línea, se propone nuclear a todos los sectores políticos afines a esta idea: desde el PRO a los radicales «deloredistas» y a todos los «amigables» susceptibles a su influencia.
