Opinión

Carlos Heller

Dirigente cooperativista

Con los jubilados y contra el ajuste

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Impacto. Mientras se reducen impuestos a sectores de altos ingresos, los adultos mayores sufren el deterioro de su poder adquisitivo.

Foto: Jorge Aloy

Como ocurrió en otras ocasiones en que se aplicó sin miramientos la receta neoliberal, también en esta oportunidad el Gobierno nacional busca reducir la inflación mediante una estrategia de ajuste del gasto público y ahogo de la actividad económica a través de la contracción del consumo. La recesión, entonces, no es una consecuencia no deseada de las políticas: es un componente central del plan, que se sostiene aun cuando está a la vista el fuerte impacto sobre los sectores más vulnerables de la población. 

Entre estos últimos, millones de jubilados y jubiladas que tendrían una parcial recuperación de los haberes perdidos mediante una iniciativa recientemente aprobada por el Congreso, pero que el presidente Javier Milei acaba de vetar.  

Hay que decir que la norma sancionada por el Congreso le devuelve a los jubilados el 8,1% que el Gobierno les quitó al darles una actualización de solo un 12,5%, por debajo del 20,6% de la inflación de enero.

Además, establece que el haber mínimo no pueda ser menos que el 1,09 de la canasta básica total de una persona adulta, que marca la línea de pobreza. En tercer lugar, establece la actualización anual por salario (50% de la diferencia de RIPTE), si estos le ganan a la inflación. 

En favor de esta vía de mejora en la distribución de los ingresos comenzó a circular una iniciativa tendiente a que lo aprobado por el Parlamento se convierta en patrimonio del conjunto de la sociedad, y no de un sector o partido político: reunir un millón de firmas contra el veto y a favor de las y los jubilados. 

Es de esperar una gran participación y movilización de la ciudadanía para que no prospere la postura del Gobierno de seguir aplicando el ajuste sobre los haberes previsionales.

Recetas
Al igual que en otras experiencias del pasado, los padecimientos del grueso de la ciudadanía (no solo de pobres e indigentes, también de gran parte de la clase media) son la contracara de un freno en el ritmo de aumento de los precios. Desde luego, esta vía se respalda en una visión que no compartimos.

Entre otras razones, porque, además de los efectos regresivos señalados, las más afectadas por el modelo desde el punto de vista de la producción son las pymes, que dependen fundamentalmente de la demanda interna, hoy drásticamente reducida. 

Amplia mayoría. La ley aprobada por el congreso restituye el 8,1% de actualización que el Gobierno omitió en enero.

Foto: @SenadoArgentina

La apertura importadora también se ensayó en el pasado con supuestos fines antiinflacionarios, aun al costo de cierre de empresas locales y despido de sus trabajadores. Ahora se acaba de anunciar la eliminación de trámites para traer del exterior acero e insumos industriales que luego sean utilizados en exportaciones del sector. El antecedente, meses atrás (sin que se note aún su supuesta incidencia positiva en los índices), fue el levantamiento de barreras aduaneras para favorecer la entrada de alimentos extranjeros.

La reducción de ciertos impuestos es otra de las herramientas gubernamentales presuntamente beneficiosas para el conjunto. Al respecto, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la baja de 10 puntos del impuesto PAIS (del 17,5 al 7,5%) a partir de este lunes 2 de septiembre, con lo que se revertirá la suba que había aplicado el mismo Gobierno cuando asumió en diciembre pasado.

También se contempla reducir año a año la alícuota de Bienes Personales, hasta llegar en 2027 a una sola para todos del 0,25%, independientemente del patrimonio de cada contribuyente, lo cual equivale a establecer una creciente inequidad. Como contrapartida se dispuso que unos 800.000 trabajadores que estaban exentos vuelvan a pagar Impuesto a las Ganancias. 

Mientras, el mantenimiento del equilibrio o superávit fiscal primario obliga a profundizar el recorte de partidas presupuestarias. Un renglón a tachar es el de los subsidios, por lo cual en septiembre continuarán los incrementos en las tarifas de la electricidad, gas y agua, así como combustibles, transporte público y servicios educativos y de salud. 

Así, detrás de la morigeración en el alza de los precios aparece una gran recomposición que favorece a unos pocos grupos dominantes, a la vez que castiga a hogares y a pequeñas y medianas empresas.

Desde luego, como dije muchas veces, el ajuste no tendrá límite si la ciudadanía no reacciona. 

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