Opinión

Juan Carlos Junio

Dirigente cooperativista

El ajuste por venir

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Nos acercamos al día del cumplimiento de un notable aniversario: los 40 años ininterrumpidos de democracia argentina, reconquistada luego de la dictadura genocida más oscura de nuestra historia. Coincidentemente con esta conmemoración, se realizaron comicios nacionales para elegir al próximo presidente. La ciudadanía legitimó con catorce millones y medio de votos a la fórmula de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei-Victoria Villarruel, mientras que once millones y medio de sufragios respaldaron al proyecto antagónico encarnado en el binomio de Unión por la Patria, Sergio Massa-Agustín Rossi.
Lo natural en estos casos es que a partir de un triunfo que expresa el apoyo electoral ciudadano, la fuerza que se impuso se cohesione y fortalezca subjetivamente a partir de que se enfrenta al reto positivo de llevar a cabo su plan político y la promesa electoral presentada ante el pueblo.
Sin embargo, asistimos a una notable paradoja: en la coalición victoriosa se despliegan disputas de todo tipo, algunas públicas y otras escondidas, pero que prontamente también aparecen en la superficie. Candidaturas diversas que se informan como ya aprobadas por el presidente electo, pero que no se sostienen, ya sea por presiones internas o porque el elegido o la elegida a último momento se arrepiente.
En cuanto a la coalición articulada para la segunda vuelta entre el PRO y LLA, también aparecen distanciados sus dos principales referentes, Milei y el expresidente Mauricio Macri, ya que no pudieron sintetizar un acuerdo para la conformación del gabinete.
Asimismo, la vicepresidenta electa tenía reservadas tres áreas determinantes del Gobierno: Defensa, Seguridad y la Agencia Federal de Inteligencia. Aunque todo indica que quedará relegada a sus funciones en el Senado.
Por otro lado aparece terciando el «schiarettismo», ya sin ninguna máscara de neutralidad, asumiéndose como parte del acuerdo Macri-Milei y participando en el reparto de las distintas esferas del Gobierno. Su postura peronista queda así muy velada por su integración a un Gobierno manifiestamente opuesto al peronismo.

Factores de poder
La otra cuestión determinante que debe registrarse es la irrupción muy directa de los poderes económicos ocupando resortes trascendentes del poder con sus cuadros directivos o gerenciales. Se reservaron lugares estratégicos como el Ministerio de Economía, el Banco Central, las políticas financieras con los banqueros de Wall Street, todo lo concerniente a la energía y las relaciones internacionales, imponiendo funcionarios provenientes de las universidades y grandes corporaciones norteamericanas: Deutsche Bank, Standard and Poor’s, JP Morgan, entre otras.
También Techint, como expresión de la burguesía local que dirige la Asociación Empresaria Argentina y la Unión Industrial Argentina, obtuvo su premio: nada menos que la presidencia de la empresa más grande y trascendente del país por sus recursos naturales: YPF.
En definitiva, más allá de las contradicciones y disputas señaladas, hay una cuestión determinante en común: el pleno acuerdo con el proyecto de ajuste doloroso, como lo definiera el presidente electo. Las consecuencias de estos planes son conocidas: caída del salario, recesión, reducción drástica de los servicios sociales como salud, educación y jubilaciones, privatizaciones de las empresas del Estado y, como también corresponde a esa estrategia, una importante devaluación que reducirá los ingresos de trabajadores y clases medias.
En este esquema, no faltará la voluntad de volver a endeudar al país. Vale recordar que el designado ministro de Economía es un experto en tales cuestiones, y siguiendo el apotegma expresado en 1876 por el entonces presidente Nicolás Avellaneda, se honraría la deuda «aunque sea con el hambre y la sed de los argentinos». Es de esperar también que, en ese contexto, retornen los fondos buitre con sus afanes especulativos, usurarios, y sus jueces y juezas que fallan en su favor en plena aplicación de la bicentenaria doctrina Monroe.

La carrera de los precios
No se puede dejar de señalar en esta coyuntura el desenfrenado aumento de los precios establecido por las corporaciones formadoras, una vez mas insensibles al impacto negativo que generan en los millones de trabajadores y clases medias, ahora en virtual estado de indefensión frente a esos grupos monopólicos.
Por su parte, las organizaciones sociales, de los trabajadores, de la cultura, feministas, etcétera, sostienen debates políticos a partir de la derrota de su propuesta, mientras imaginan las formas de enfrentar las consecuencias sociales y culturales del plan de ajuste que se propone llevar a cabo el Gobierno a partir de la legitimidad que le otorgó la ciudadanía con su sufragio.
En suma, transitaremos una época de debates, de fuerte iniciativa del nuevo Gobierno y, a su vez, núcleos importantes de la sociedad ejercerán su derecho democrático en defensa de sus conquistas sociales y culturales. 

Milei. Conforma un gabinete con presencia del macrismo, el sector de Schiaretti y representantes del poder económico.

Foto: NA

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