13 de noviembre de 2023
Cara a cara. Milei y Massa protagonizaron un contrapunto esclarecedor.
Fotos: NA y Fabian Garcia/UBA
Como era de esperar, el debate del domingo 12 entre los dos candidatos presidenciales, Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza) concitó una enorme atención de la opinión pública, marcando récords de audiencia. En el contexto de una puja que aparece reñida, el debate puede ser un hecho decisivo de la confrontación electoral.
Mi opinión, que coincide con la de la gran mayoría de los analistas políticos: que la diferencia entre Massa y Milei fue notable, fundamentalmente porque el candidato de UxP demostró a lo largo del encuentro que posee una estatura intelectual y una elocuencia propia de un aspirante a la presidencia.
Por su parte, Milei se mostró dubitativo y carente de argumentos en muchos puntos, actuando más como quien opina en un medio de comunicación que como un candidato a presidente.
Es notable que en muchos pasajes de un debate tan trascendente se percibió la falta de preparación del libertario. Quedó la sensación de que subestimó a la opinión pública y lo que implica una polémica de gran porte con una persona del nivel político de Massa. El candidato de LLA hizo un enorme esfuerzo por morigerar su rasgo de intemperancia, contrastante con el equilibrio que mostró Massa.
En cuanto al contenido del debate, Milei también fue ampliamente superado, especialmente en temas de carácter económico, que se supone son su fuerte. El libertario se mostró inseguro y sufrió un gran traspié cuando esgrimió su descalificación hacia el comercio con China y Brasil, motivado en sus prejuicios ideológicos sobre los dirigentes de ambos países. En ese punto Massa, con sus preguntas e interpelaciones, lo puso en una posición insostenible, al plantearle que la ruptura del comercio con esos países implicaría un daño enorme a nuestra economía y al trabajo de millones de argentinos y argentinas.
Sí o no
También fue oportuna para el candidato de UxP la fórmula de preguntar reclamando una respuesta por sí o por no. Esa táctica le dio la iniciativa en el debate y puso en aprietos a su rival, ya que las respuestas definitorias no pudieron ser asumidas con seguridad por Milei. Esas preguntas, que apuntaban a afirmaciones hechas en campaña por el candidato libertario, revelaron su incomodidad ante la alteración de su tono discursivo, tras el acuerdo con Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Muchas de sus propuestas quedaron en el camino por exigencia de sus nuevos socios. Esas idas y vueltas le quitan credibilidad, porque así como esgrimía una postura irreverente, plantado como antisistema, con sus críticas a «la casta» como caballito de batalla, ahora se presenta artificiosamente como un moderado.
En definitiva, el debate fue muy importante, ya que permitió que la opinión pública pueda ponderar, comparar entre uno y otro para definir mejor su voto.
Mientras tanto, en los últimos días crecieron los pronunciamientos en favor de la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi, muchos de ellos desde el sector de la cultura. No solo me refiero a la gran caminata por la avenida Corrientes el sábado 11, protagonizada por artistas e intelectuales, sino también a otros núcleos, incluyendo algunos de opositores al actual Gobierno, quienes privilegiaron la defensa del sistema democrático y los derechos sociales y culturales que se verían comprometidos ante un eventual triunfo de Milei, por sus rasgos agresivos, que gran parte de la ciudadanía ve como un riesgo para la convivencia.
También hubo pronunciamientos de núcleos feministas y de dirigentes del radicalismo, entre otros. En suma, si se mantiene esta tendencia esta semana podría producirse un vuelco en favor de la candidatura de Massa.
La democracia debe ejercerse y defenderse con compromiso y militancia. El próximo domingo millones de argentinas y argentinos están convocados a ejercer el derecho del voto. La decisión que saldrá de las urnas es muy trascendente. Será muy valioso que se registre un alto grado de participación ciudadana.
