Opinión

Juan Carlos Junio

Dirigente cooperativista

Entre consensos y diatribas

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Senado. Por 61 votos contra 8 se aprobó el proyecto que modifica la fórmula de actualización de los haberes jubilatorios.

Foto: Comunicación Senado

Las sucesivas derrotas parlamentarias sufridas por el Gobierno en los últimos días van impactando en la centralidad del proyecto político y económico presidencial. De allí la reacción de Javier Milei, que expresa su imposibilidad ideológica y personal de convivencia en un sistema democrático, en el cual es natural que en el plano parlamentario y político coexistan triunfos y avances con derrotas y retrocesos.

Una vez más el presidente descalificó a los congresales, llamándolos «basura deshonesta» y acusándolos de ejercer «populismo demagógico» por lograr un consenso amplio plasmado en el voto mayoritario en favor de un aumento jubilatorio, al que impugnó por su carácter «irresponsable, ilegal e inconstitucional».

La reacción autoritaria no terminó allí. El presidente afirmó que el modestísimo aumento a favor de los jubilados es «exorbitante». Y coronó su diatriba fijando posición política con su consabido estilo: «Veto todo, me importa tres carajos».

Para completar la imagen discepoliana entró en escena el expresidente Mauricio Macri, quien luego de ordenarle a sus senadores que voten en favor del proyecto de ley, 24 horas después dio un giro copernicano declarando que apoyaba el veto presidencial.

Cuadro dramático
El trasfondo de estas oleadas parlamentarias se debe buscar en el agravamiento de la situación económica y social para las grandes mayorías. Ya es muy conocido el patético indicador del 55% de pobres según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos y la Universidad Católica Argentina, que en buen romance implica que 25,5 millones de personas están en esa innoble condición, de las cuales 9 millones son indigentes, o sea, pasan hambre.

A ese dramático cuadro social, recientemente desnudado y criticado por la cúpula de la iglesia católica, se debe agregar un desplome de la actividad económica que afecta al trabajo, a las pymes y a la actividad productiva en general.

Las fisuras en el virtual bloque conformado por legisladores libertarios y del PRO deben comprenderse por el impacto en la sociedad de la política económica y no por las peleas de palacio, o sea, por el creciente rechazo de una parte mayoritaria del pueblo hacia las políticas gubernamentales y el gradual abandono de la expectativa esperanzada en otras franjas de la sociedad.

Rosario. En la Bolsa de Comercio, Milei fustigó a los legisladores.

Foto: NA

Cierto es que, mientras tanto, el establishment sigue presionando para favorecerse con la reglamentación del RIGI, del paquete fiscal, incluyendo el blanqueo, y la reforma laboral.

Otro dato político a tener en cuenta es la ruptura del aislamiento del bloque mayoritario de 99 legisladores de Unión por la Patria, ya que en los últimos días se generaron acuerdos con otros sectores que se diferencian cada vez más del Gobierno.

Rechazo contundente
Por último, no para de crecer el escándalo político y moral sobre el núcleo de visitantes a los condenados por genocidio en el penal de Ezeiza. Todo indica que no imaginaron un rechazo tan contundente de la sociedad y del propio Parlamento, originado en la fuerte instalación de la defensa de los derechos humanos y de la idea de memoria, verdad y justicia en el pueblo, que incluso trasciende a las identidades políticas y partidarias. Estas peleas vergonzosas van desnudando la mescolanza ideológica del bloque de diputados mileístas y la esencia ideológica prodictadura de una parte de esa bancada.

El revuelo causado por la visita de legisladores a genocidas muestra que, pese a que el presidente y muchos de sus funcionarios no pueden convivir democráticamente con quienes los contradicen, la sociedad argentina mantiene inalterable su compromiso y pertenencia con el sistema democrático.

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