Opinión

Juan Carlos Junio

Dirigente cooperativista

Entre votos y encrucijadas

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Urnas. En un año decisivo para el país se puso en marcha el calendario electoral. 

Foto: Télam

Ya se inició el ciclo electoral en nuestras provincias. El rasgo más destacable de los comicios que se van realizando es la provincialización, o sea el distanciamiento de los dilemas de carácter nacional y la centralidad de los temas económicos, sociales y partidarios de cada una de las provincias.
El domingo en Río Negro se impuso el oficialismo de Alberto Weretilnek, como era previsible, venciendo al PRO y otras variantes.
En Neuquén, ocurrió el anunciado «batacazo», ya que luego de 60 años fue derrotado el Movimiento Popular Neuquino (MPN). Aunque es imprescindible aclarar que Rolando Figueroa, el candidato triunfante, durante años militó en el MPN y ahora armó una alianza heterodoxa en la que conviven desde el PRO, hasta radicales y el Movimiento Evita. En todo caso, un dato significativo es que en el punto económico de Vaca Muerta, que es lo que le atrae al mundo y a los grandes intereses locales, la política será de continuidad de lo anterior.
Si bien en Neuquén y Río Negro la propuesta neofascista de Javier Milei retrocedió, resulta imprescindible que los sectores democráticos de la sociedad argentina no subestimen la emergencia de estos sectores políticos neonazis que medran con el descontento de la sociedad y cierto descreimiento ante lo que consideran la falta de solución de sus problemas por parte de los gobiernos. Cierto es que no son calcos del fascismo y el nazismo de la década del 30 del siglo XX, tienen diferencias importantes de estilo, metodológicas y de discurso, pero el huevo de la serpiente es el mismo.

Desafío clave
La novedad de estos días ha sido el indicador de inflación de marzo, 7,7%, un número muy negativo desde el punto de vista de los consumidores, es decir, de los y las ciudadanas.
A diferencia de otros meses, el sector que marcó el pico más alto fue Educación, que más allá de que hay un problema de estacionalidad, presentó un indicador muy extremo, del 29%. La vestimenta y el calzado siguieron destacándose también con sus aumentos, y fundamentalmente, lo que más duele, el incremento de los alimentos también sobresalió con un 9,3%.
Las explicaciones, como todos los meses, ya resultan remanidas. Esta vez se plantea que un factor es el aumento del precio del maíz que se está exportando en grandes cantidades a China, y que hay remarcaciones inexplicables y especulaciones cambiarias por parte de los formadores de precios. El propio secretario de Comercio, Matías Tombolini, dijo que «estamos en el peor momento» y que los formadores de precios se abusan e incumplen los pactos. Lo cual no hace más que mostrar una clara imposibilidad del Gobierno para cumplir su función de proteger a la ciudadanía, utilizando con mayor severidad los mecanismos de control, regulación y sanción a los que el propio secretario llama incumplidores.
Aclaremos que los incumplidores son los de siempre: las grandes corporaciones formadoras de precios, las que tienen la capacidad, por su volumen en el mercado, de establecer los precios y quienes se benefician con esas políticas. Siempre queda flotando la confesión de aquel empresario, Federico Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anónima, que en un acto de soberbia dijo la verdad cuando le preguntaron qué hacía ante la inflación y respondió: «Remarcar precios todos los días».
Está claro que esta es la principal encrucijada del Gobierno ante la sociedad, que espera que esta distorsión para la vida cotidiana en los próximos meses sea claramente morigerada.
Por otra parte, ante el deterioro de los ingresos frente al aumento de los precios está claro que resulta imprescindible una actitud muy activa del Gobierno Nacional para defender los ingreso de los y las trabajadoras. Desde quienes están bajo convenio y tienen negociaciones paritarias, hasta los millones de no registrados y los jubilados. Entonces surge nuevamente la necesidad de un aumento de suma fija que posibilite colocar a los sectores de menores ingresos en un rango de mejoría frente al actual estado de cosas.
Mientras vivimos estas cotidianidades siguen llegando a la Argentina representantes del establishment estadounidense preocupados e interesados en las riquezas naturales de nuestro país: el litio, los alimentos, el gas de Vaca Muerta, otros minerales, etcétera. Al respecto, resulta imprescindible señalar la coincidencia de estas presiones del Gobierno de Estados Unidos con el regreso de Lula Da Silva, presidente de Brasil, como emergente continental, su relacionamiento con el eje China-Rusia, y su firme posición de autonomía ante Estados Unidos. En tal sentido reclamó desde China que «no se puede estar asfixiando las economías de países como está haciendo ahora en Argentina el Fondo Monetario Internacional o como hicieron con Brasil durante tanto tiempo y con todos los países del tercer mundo», y reafirmó la línea de grandes acuerdos con China abandonando al dólar como moneda del intercambio internacional.
En suma, va creciendo la contradicción propia de la ruptura del unilateralismo hegemonizado por Estados Unidos por un multilateralismo a partir de la fuerte emergencia china. El posicionamiento de la Argentina en este nuevo escenario es otra de las grandes cuestiones que se ponen en juego en el proceso electoral nacional de este año.

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