Opinión

Juan Carlos Junio

Dirigente cooperativista

Las calles y los mercados

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Advertencia. Desde el banco internacional llamaron a «reducir riesgos y esperar».

Foto: Shutterstock

Los últimos acontecimientos políticos van poniendo al desnudo el apoyo decidido del establishment al Gobierno del presidente Javier Milei, que se ha venido expresando desde diversos organismos como la AmCham, que nuclea a las corporaciones empresarias estadounidenses, que llegó a «ordenar» a los supremos que condenen a Cristina Fernández.

El otro actor trascendente del poder es el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le presta a un Gobierno que está en una situación de insolvencia financiera y además le otorga un «waiver» (perdón) por los incumplimientos del acuerdo firmado en abril pasado, con el propósito manifiesto de que La Libertad Avanza triunfe en las próximas elecciones, que continúe aplicando sus dogmas y particularmente implemente las «reformas estructurales»: laboral, tributaria y previsional.

Sin embargo, a quien no convencieron el ministro Luis Caputo y su equipo es a la calificadora Morgan Stanley (MSCI), que decidió no ascender de categoría al país, como aspiraba el Gobierno, de «standalone» a «frontera». Esta decisión le hubiera posibilitado una mejor perspectiva ante los mercados; pero quedó en el mismo nivel que Ucrania, Palestina y Líbano, tres naciones sumidas en guerras; y Botswana, Zimbabwe, Nigeria, Malta, Bosnia-Herzegovina, Panamá y Trinidad-Tobago. Nombres que no figuran en el vocabulario de promesas aspiracionales para la Argentina de Milei.

Diagnóstico implacable
En realidad, esos prestamistas no saben de fábulas para la tribuna, ni de balances o informes ficticios. La única realidad es que luego de la venida de dólares por el blanqueo y el posterior apoyo del FMI de 12.000 millones de dólares, las reservas siguen bajando. De allí que estos núcleos del poder estén cada vez más tensos. Incluso el banco estadounidense JP Morgan, del cual los funcionarios del equipo económico formaron parte, presentó este fin de semana un diagnóstico implacable: plantea salir del «carry trade» dando un paso atrás, textual, a sus inversiones en la Argentina. Además, advierte que el dólar barato deriva en fuga de divisas por turismo e importaciones indiscriminadas. Y concluye con una frase que resulta ser lapidaria: «Por ahora preferimos reducir riesgos y esperar».

La Plata. El presidente desplegó su habitual cadena de diatribas y descalificaciones.

En el orden político, el presidente lanzó su campaña electoral para la provincia de Buenos Aires en La Plata. Allí reiteró su menú de descalificaciones, insultos, violencia, incluyendo las diatribas contra «el enemigo kirchnerista y los zurdos» y su narrativa «anticasta». Pero la utilización de señalamientos espectaculares con el propósito de quitar la atención de los temas económicos sociales se va agotando ante la opinión pública.

Es que hay hechos muy difíciles de negar. Entre ellos, el cierre de 12.000 pymes, los salarios congelados frente al incremento de los precios, el desempleo que se acerca a los dos dígitos y un consumo que evidencia una creciente disparidad social. A lo cual puede agregarse la situación cada vez más crítica de los jubilados, las universidades y los hospitales públicos. Todos sufriendo un desfinanciamiento que desnuda un propósito ideológico como es la destrucción del sistema social estatal.

La lucha de trabajadores y profesionales del Garrahan generó un cambio importante en la opinión pública por el sensible rol que cumple ese hospital de alta complejidad infantil. A ese elemento debe sumarse la respuesta a la condena de la expresidenta Cristina Fernández, con masivas movilizaciones en todo el país. Así es que se va conformando un nuevo momento político, con un escenario en calles y plazas donde hay una fuerte presencia de trabajadores defendiendo sus derechos y sus fuentes laborales.

En este contexto, el peronismo ratificó su hegemonía en la provincia de Formosa y en Santa Fe obtuvo un triunfo importante en la ciudad de Rosario, aunque en el resto de la provincia el oficialismo del gobernador Maximiliano Pullaro logró un consenso mayoritario.
Cierto es que una parte de la opinión pública mantiene una expectativa esperanzada sobre el presidente Milei; pero en las calles la sensación térmica, en coincidencia con el clima gélido en todo el país, muestra una realidad que ahora también comienzan a percibir los «mercados» y los grandes inversores. Las respuestas de quienes padecen estas políticas son cada vez más manifiestas, mientras que la ofuscación presidencial impacta en el termómetro que mide los dilemas que vive la sociedad.


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