Opinión

Carlos Heller

Dirigente cooperativista

Los ruidos y la realidad

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Milei. Desde Suiza el presidente anticipó una avanzada antiderechos.

Foto: NA

Los «ruidos» discursivos del Gobierno, como los que resonaron con fuerza en el país cuando el presidente Javier Milei habló en la ciudad suiza de Davos ante una selecta audiencia de poderosos planetarios, pueden servir de distracción en medios afines y en redes sociales. 

Más aún cuando se adelantaron decisiones polémicas, siempre en la línea de continuar recortando derechos duramente conquistados por la población.

Pero esas definiciones del proyecto libertario (a veces, claras provocaciones o cortinas de humo) no alcanzan a invisibilizar las consecuencias del plan que se lleva adelante en el terreno socioeconómico.

Son más que evidentes los resultados regresivos para el grueso del sector industrial; el impacto sobre las pequeñas y medianas empresas; el descenso del consumo popular; el gradual deterioro del mercado laboral; y la drástica caída de ingresos, en especial, de los sectores más desfavorecidos, incluidos millones de trabajadores, de jubilados y de pensionados.

Vaca Muerta. El sector energético y minero es uno de los que creció y compensa en la estadística la caída en otros rubros.

Foto: Shutterstock

Mirando para otro lado, en la Casa Rosada afirman que la actividad económica está «volando» y celebran datos sobre el supuesto repunte, como el publicado por el Centro de Estudios Económicos OJF, que registró en diciembre un aumento del 4,6% respecto de doce meses atrás. 

Pero sucede que la base de comparación (diciembre de 2023) es muy baja, afectada por la fortísima devaluación y las primeras medidas del Gobierno. La realidad es que, según esta medición, en el año completo la caída fue de un 2,9%. 

Con un agregado nada despreciable. Muestran números favorables sólo dos sectores del complejo primario exportador, que no son los que generan más empleo y dinamizan el mercado interno. Ellos son Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura (+35,4%), producto de que se toma como punto de comparación el año en que la sequía afectó a la campaña; y Minas y Canteras (+6,6%), a partir del impulso de la extracción de hidrocarburos, asociada al crecimiento de la producción en Vaca Muerta y al desarrollo de la infraestructura de transporte. Al mismo tiempo, según la consultora mencionada, en diciembre padecieron retrocesos la industria (-6,2%) y la construcción (-21,1%), rubros que exhibieron bajas aún más amplias en términos interanuales. 

Véase otro aspecto que el discurso oficial pretende minimizar. Recientemente se conoció que las tarifas de luz y de gas natural aumentarán a partir de febrero el 1,5% y el 1,6%, respectivamente; mientras que se dispuso recortar subsidios a los sectores de ingresos medios y bajos. Cabe recordar que durante 2024 el ítem Electricidad, Gas y Otros Combustibles acumuló una suba del 430% frente al año anterior.

Este nuevo incremento debe contrastarse con la evolución de los salarios registrados, que hasta noviembre pasado exhibían un descenso interanual del 4,9%, con la peor performance (casi -22%), en el caso de los empleados estatales.

Podrían mencionarse otras cifras sobre el derrumbe de la demanda, incluso de alimentos, o hacer referencia a la creciente apertura importadora con fines antiinflacionarios, que ya causa severos daños a empresas locales.

Pero cabe advertir sobre un riesgo acaso mayor en el frente financiero: Milei dejó entrever en declaraciones periodísticas que un eventual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), o con fondos de inversión privados, no aumentaría la deuda pública, aunque modificaría su composición.

Amigos. El ministro Caputo con la directora del FMI Georgieva: el nuevo acuerdo agrandaría la deuda externa.

Foto: NA

Es decir, los dólares que ingresen al Tesoro se utilizarían para recomprar la deuda que tiene con el Banco Central. Pero, además, se estaría cambiando deuda intra sector público —fácilmente refinanciable—, por deuda con organismos internacionales o con acreedores particulares externos. 

El cambio que se evalúa empeoraría las condiciones actuales, a la vez que agrandaría la deuda externa. Todo ello, mientras se busca eludir el obligatorio tratamiento por parte del Congreso Nacional.

La Argentina no va a resolver sus problemas estructurales, fundamentalmente el de la restricción externa, por la vía de un nuevo crédito del FMI. Todo lo contrario, fue lo que ocurrió cuando el expresidente Néstor Kirchner canceló la totalidad de la deuda con el FMI y liberó al país de las condicionalidades. El Gobierno ahora está buscando oxígeno de corto plazo a costa de generar una pesada mochila para el largo plazo, algo que ya ocurrió —y anticipé en su momento— con el mega préstamo de 2018 concedido al entonces presidente Mauricio Macri. Esos fondos en gran medida se «fugaron» y terminó quedando la deuda.

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