16 de mayo de 2025

Milei y Caputo. Para el presidente y su ministro, quienes fugaron dinero del circuito legal merecen un reconocimiento.
Foto: NA
Preocupado más por la escasez de divisas que por la secuencia imparable de caídas de los ingresos salariales o por la menguada producción fabril, el presidente Javier Milei insiste en recetas ultraliberales que, como está a la vista, no resultan muy eficaces para frenar el ritmo inflacionario.
Se exhibe como un avance que el índice de precios al consumidor de abril haya arrojado un alza del 2,8%, es decir, una desaceleración cercana a un punto frente al mes anterior. Pero la realidad es que el dato se ubicó por encima del registrado en los cinco meses anteriores.
Es insoslayable, además, que la inflación núcleo (indicador que no considera precios estacionales ni regulados) experimentó un salto al 3,2%, superior al nivel general y similar al observado en marzo.
No puede extrañar a nadie que, en este contexto, los ingresos de los trabajadores continúen registrando caídas reales. De acuerdo con la medición del INDEC, en marzo los salarios registrados sufrieron una pérdida del 1,2% del poder adquisitivo frente a febrero y se situaron en el nivel más bajo de los últimos seis meses.
El detalle estadístico muestra que los salarios privados registrados cayeron en términos reales un 1,5% mensual, mientras la baja para los asalariados del sector público fue del 0,4%, aunque en este caso el retroceso se produjo luego del intenso ajuste durante 2024.
Está claro cómo juega en esta materia el Gobierno, que tomó como posición no homologar negociaciones paritarias si superan el 1% de aumento. El caso más reciente se verificó con el rechazo al incremento trimestral de 5,4% acordado entre la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios y la cámara empresaria.
Las jubilaciones y pensiones, en tanto, a pesar de que se ajustan por inflación, todavía se encuentran un 12% por debajo de los niveles de 2023. De allí los reclamos y proyectos en Diputados para actualizar haberes y restaurar la moratoria previsional, que tuvieron dictamen de Comisión esta semana y están listos para ser tratados en sesión.
Industria en caída
La compresión de los ingresos que sufre la mayor parte de la población tiene su reflejo en la baja del consumo y en la demanda de sectores clave de la economía, como lo es la industria. Según se difundió recientemente, la capacidad instalada fabril fue utilizada en marzo en poco más de la mitad (54,4%), casi sin variación frente a doce meses atrás. Como punto de comparación, en marzo de 2023 la industria exhibía un uso de instalaciones del 67,3%. Los sectores que más disminuyeron la utilización de su capacidad fueron la construcción y la industria automotriz, tradicionales generadores de mano de obra y de valor agregado.
Debe sumarse la nueva pasada de la motosierra por el gasto público, que derivó en una caída en los planes sociales (excluida la AUH) de un 43,3% y recortes del 82% en los gastos de capital (inversión) y del 66% en los subsidios económicos, cuya contrapartida son los aumentos de tarifas.

A media máquina. La capacidad instalada fabril utilizada en marzo apenas alcanzó el 54,4%. El sector automotor fue uno de los que más cayó.
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El alicaído panorama descripto no obsta para que el Gobierno mire hacia otro costado, tal como hizo Milei cuando afirmó días atrás que «no son delincuentes, son héroes» los que fugaron dinero del circuito legal.
¿Puede calificarse de «héroes» a quienes evadieron impuestos? La realidad es que ese sería el menor de los delitos cometidos dentro de la fuga de capitales. Como se sabe, esa práctica tiene que ver muchas veces con ocultar el origen de actividades delictivas como narcotráfico y otras facetas de la criminalidad económica.
El argumento libertario, en rigor, tiende a defender un nuevo blanqueo de capitales, que incluso carecería de las restricciones impuestas en el anterior, al soslayar la participación del Congreso. Recuérdese, por ejemplo, que la anterior exteriorización excluyó a quienes hubieran ejercido cargos públicos en los últimos diez años, sus cónyuges, padres, hijos o hermanos.
Homenaje a quien no bajó los brazos
Vayan estas últimas líneas para homenajear al recientemente fallecido expresidente de Uruguay, José «Pepe» Mujica, quien dejó lecciones como las siguientes: «Yo tengo mi buena cantidad de defectos, soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una dura lección que me impuso la vida: que el odio termina estupidizando (…) El odio es ciego como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye (…) He pasado de todo en la vida. Estar seis meses atado con alambre, con las manos en la espalda (…) Estar dos años sin que me llevaran a bañarme y tener que bañarme con una taza de agua y un pañuelo. He pasado de todo, pero no le tengo odio a nadie». Finalmente, comparto la frase de Mujica destacada por el Partido Solidario en su mensaje de despedida: «Lo imposible cuesta un poco más, y derrotados son aquellos que bajan los brazos y se entregan».