9 de septiembre de 2024
Congreso Nacional. En las dos Cámaras se anticipan debates trascendentes sobre jubilaciones y presupuesto universitario.
Foto: Getty Images
La temática de los jubilados retorna cíclicamente a la Argentina ya que la política del Gobierno de Javier Milei, como todos los programas aplicados en el pasado que se sustentaban en el ajuste del gasto social, tiene como propósito excluyente bajar el gasto en las jubilaciones y pensiones. Según esa doctrina, no habría posibilidades de resolver el déficit fiscal sin afectar los ingresos de los 7.000.000 de jubilados. Es dable aclarar que su número creció sustancialmente a partir de la moratoria, implementada durante la segunda gestión de Cristina Fernández al frente del Poder Ejecutivo, que generó la incorporación de 3.500.000 de nuevos jubilados, de los cuales casi un 80% fueron mujeres.
La reacción de los jubilados ante el recorte de sus haberes, sumado a la limitación en el acceso a los medicamentos dispuesta por el Pami, resulta tan inevitable como injustificable su represión. Las imágenes de la policía y la gendarmería apaleando a los trabajadores jubilados generó un efecto en la sociedad inverso al esperado por el Gobierno, cuyo propósito sería que esas escenas televisivas influyan en futura convocatorias. Sin embargo, todo indica que lo que se generó fue un repudio de la mayoría de la sociedad, que comprende la necesidad de que el ajuste no pase por los jubilados, ni por los trabajadores, ni por las universidades, ni por los tarifazos, ni por las pymes, sino por otros ámbitos que habrá que encontrar entre los núcleos de la sociedad que concentran grandes ingresos y riquezas.
En la calle
Lo cierto es que la conjunción de represión y veto está generando en el plano parlamentario una situación incierta y de grandes tensiones. En Diputados se realizará una sesión para tratar el veto de Milei a la ley aprobada en ambas cámaras por amplísima mayoría y que establece una recomposición de los haberes jubilatorios. Además, se suma la eventual voluntad mayoritaria en el Senado de rechazar el DNU que aumenta en 100.000 millones de pesos el presupuesto de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado), así como de respaldar el proyecto que establece el aumento del presupuesto para universidades y educación pública, atendiendo a que la situación en la comunidad universitaria ya resulta insostenible, muy particularmente por el congelamiento de los sueldos y su inevitable deterioro frente al proceso inflacionario. Ambas iniciativas ya cuentan con aprobación de Diputados.
En tal sentido, la semana estará cargada de polémicas y tensiones a la espera de las decisiones del Parlamento, que en este caso se verán impactadas por la convocatoria de importantes sectores sindicales, sociales, culturales y científicos a concentrarse frente al Congreso respaldando el reclamo de los jubilados.
Maltrato. En dos semanas sucesivas, las habituales marchas de los miércoles fueron reprimidas por fuerzas de seguridad.
Foto: Jorge Aloy
La carta
Es insoslayable mencionar la aparición de la carta de Cristina Fernández que, como siempre, produce un impacto político trascendente. La expresidenta ratifica su opinión acerca de que la médula del problema estructural de la Argentina tiene que ver con la economía bimonetaria, aunque también menciona una crítica al propio peronismo y le reprocha amargamente al presidente de la Nación que deje de «boludear en las redes», de escribir «plagiando libros» y que se dedique a gobernar y gestionar, lo cual, en su visión, lo viene haciendo muy mal. En su perspectiva reformista, Cristina Fernández sugiere que el nuevo Estado a reelaborarse debe estar relacionado con la presencia comunitaria del pueblo en pos de una mayor participación y protagonismo ciudadano.
Otro elemento importante de estos días es la decisión del Gobierno, frente a un conflicto gremial de reclamo salarial, de volver sobre la idea de privatizar la aerolínea de bandera. Ese propósito estaba incorporado en el texto original de la Ley Bases, pero debió ser retirado por la exigencia mayoritaria del Congreso, sin embargo, se estaría demostrando que el Gobierno, con apoyo de diputados del PRO que presentaron un proyecto en tal sentido, se propone seguir adelante con su objetivo privatizador.
En suma, una semana que puede ser trascendente en materia de la acción política parlamentaria y la expresión ciudadana de rechazo al denominado, con acierto, «ajuste más grande de la historia».
