Opinión

Juan Carlos Junio

Dirigente cooperativista

Un año clave

Tiempo de lectura: ...

Estamos a las puertas de un proceso electoral en el que la Argentina se juega no solo su propio destino, sino que también hay una tensión especial en el continente, teniendo en cuenta que en los últimos dos años fundamentalmente se está verificando la idea del exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, en cuanto a una segunda ola progresista, que se confirma con el notable triunfo de Lula Da Silva en Brasil. De tal modo que, como el propio presidente brasileño señaló cuando visitó nuestro país con motivo de la Cumbre de la CELAC, es decisivo que en la Argentina también se sostenga un Gobierno popular progresista.
El Frente de Todos (FdT), al ser Gobierno, debe exhibir los resultados de su gestión. Todavía hay carencias que deben ser superadas en el plano económico y social, fundamentalmente en el tema precios e inflación versus ingreso de los trabajadores con salarios fijos, los núcleos más humildes y las clases medias. Se trata de un problema que debe ser mejorado prontamente a los efectos de poder interpelar a las grandes mayorías con resultados más palpables que los logrados hasta ahora.
En tal sentido, es determinante que el programa de Precios Justos, ratificado por el ministro de Economía Sergio Massa el viernes pasado, cumpla su cometido. Para ello el Estado Nacional debe llevar a la práctica los señalamientos y advertencias que planteó el ministro en el acto de presentación de la nueva etapa del programa. Es decir, tomar las medidas necesarias para que no haya trampas, que no se lleve a cabo subfacturación o sobrefacturación, que no se realice retención de stocks que deja sin abastecimiento a la sociedad, entre otras.
En ese contexto, en términos políticos lo más importante es que el FdT se propone institucionalizar la existencia de una mesa política para plasmar los consensos entre las distintas corrientes con vistas a la campaña electoral en ciernes y ante la inminencia del inicio del calendario de comicios provinciales. Este llamado del presidente Alberto Fernández –reclamado por distintos sectores que integran el Frente– a constituir la mesa política genera debates y polémicas acerca de sus participantes, lo cual es lógico, pero lo cierto es que su concreción sería un hecho de gran trascendencia.

Pujas de poder
Como contrapartida, en Juntos por el Cambio (JxC) sigue habiendo cruentas disputas intestinas a la vista de la sociedad, con un rasgo muy determinante: son peleas por lugares de poder o de eventual gobierno, pero sin que aparezca a la luz pública cuál es la propuesta electoral o de gobierno.
La verdad de lo que proponen se exhibe en los grandes foros empresarios y el propio jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, la planteó en su gira por Estados Unidos en diciembre pasado. Cuando dicen lo que piensan ante empresarios y representantes del poder real plantean las recetas más clásicas de la ortodoxia, es decir, cuidar el clima de negocios, ajuste y medidas restrictivas y reforma laboral.
Incluso Rodríguez Larreta habló de reforma laboral sector por sector, a los efectos de que se aplique según las necesidades empresarias puntuales en cada caso. También de programar una reforma previsional, que no es otra cosa que volver al modelo privatizador de las AFJP. Ahora presentan un proyecto de reforma educativa para adecuar la educación a las necesidades de lo que llaman «el mundo laboral». Así se dejaría de lado la educación para la ciudadanía democrática, la identidad nacional, la cultura, privilegiando las necesidades del sector concentrado del empresariado.
Además, tanto el jefe de Gobierno como el expresidente Mauricio Macri plantearon la necesidad de privatizar Aerolíneas Argentinas privilegiando a las empresas privadas JetSmart y Flybondi como el verdadero modelo de política aerocomercial.
En relación con el modelo social y educativo de Juntos por el Cambio se puede apreciar en las políticas desarrolladas en la Ciudad de Buenos Aires, con menos presupuesto para educación y salud como datos salientes. En definitiva, más allá de sus severas disputas internas, Rodríguez Larreta, Macri y Patricia Bullrich comparten una visión y un conjunto de propuestas sustentadas en los conceptos de ortodoxia económica y neoliberalismo político.
En 2023, una vez más, se ponen en juego dos proyectos políticos antagónicos, dos visiones ideológicas y culturales, que dirimirán fuerzas en las urnas. Pero también la disputa política se expresará en las plazas y calles de nuestros pueblos y ciudades. El próximo mes hay dos fechas que serán extraordinarias en cuanto a convocatoria popular: el 8 y el 24 de marzo. Esperamos que esos días se produzca una gran expresión contundente de protagonismo social, popular y cultural por parte de nuestro pueblo.

Casa Rosada. En las urnas y en las calles se debatirán modelos contrapuestos para el rumbo del país.

Foto: Jorge Aloy

Estás leyendo:

Un año clave

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.