Opinión

Carlos Heller

Dirigente cooperativista

Una señal de fortaleza

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Foto: NA

La operación de recompra de deuda anunciada por el ministro de Economía, Sergio Massa, significó, más allá del beneficio concreto en la reducción de los compromisos financieros, una señal sobre la fortaleza del sendero que se está transitando.
Hay que destacar que el Gobierno tiene un plan que incluye, entre otros objetivos, desacelerar el proceso inflacionario y para eso utiliza variados instrumentos y motoriza determinadas acciones.
Por un lado, negocia el programa de Precios Justos con los empresarios mientras, por el otro, trabaja sobre las distintas variables macroeconómicas para desalentar expectativas alcistas. En ese marco se aprovechó una situación coyuntural, a partir de los buenos números con los que cerró el año 2022 y también de la expectativa de que este año van a hacer falta menos divisas para importaciones. Entre otros motivos, por la puesta en marcha prevista del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner.
Hay que tener en cuenta que los bonos de deuda argentina estaban en un valor muy bajo, en función de lo que los formadores de expectativas instalaron. Hace un mes los títulos de deuda como los que se intentan comprar ahora se cotizaban a poco más de un 20% de su valor nominal. Estaban en esos valores de «default» porque los llamados «mercados» instalaron la expectativa de que el país no los iba a poder pagar.
Estamos refiriéndonos a la deuda que era impagable y que se renegoció con los acreedores privados al inicio de la gestión del actual Gobierno, con una quita, reducción de tasas de interés y extensión de plazos. Esos compromisos se canjearon entonces por una serie de bonos, entre ellos los A29 y A30, que son los más cortos y que parte de los cuales son los que se van a recomprar.
Al salir el Gobierno a comprar, inmediatamente la cotización mejoró, lo que hace reducir la ventaja de futuras adquisiciones. Por eso no se podría repetir esa operación puntual, ya que el precio aumenta en función de la mayor demanda.
En términos concretos, con 1.000 millones de dólares la Argentina estaría reduciendo su deuda en más de 2.700 millones. Pero al mismo tiempo, como el Gobierno no cree que vayamos a caer en default, consideramos que es un buen negocio comprar a este precio y aprovechar la oportunidad para bajar, aunque sea en una parte menor, los compromisos heredados.
Tanto o más relevante es la señal a los mercados, en el sentido de que el Gobierno está confiado en que por este sendero esas obligaciones se van a ir cubriendo en tiempo y forma, algo que también viene ocurriendo con la deuda con el FMI.
En definitiva, por diversas vías se va tratando de ordenar la macroeconomía en general, reducir la inflación de forma gradual y mantener un proceso de crecimiento con inclusion social.

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