Economía

Alerta amarillo

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Datos oficiales y estimaciones privadas dan cuenta de un retroceso de la economía con fuerte impacto en el salario y en el universo pyme. Construcción, petróleo, industria metalmecánica y producción siderúrgica, entre los sectores más afectados.

A media máquina. La acería, eslabón estratégico del desarrollo económico y de la matriz productiva, retrocedió su actividad cerca del 12%. (Jorge Aloy)

 

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) comenzó a difundir los primeros datos, luego del «apagón estadístico» vigente desde el recambio de autoridades. Las estadísticas divulgadas confirman una fuerte caída de la actividad económica.
En primer lugar, el Indec confirmó que la construcción retrocedió un 24,1% en términos interanuales en abril. El retroceso alcanza el 10,3% en el primer cuatrimestre del año. En segundo lugar, el instituto estadístico oficial publicó que la caída industrial fue del 6,7% interanual en ese mes. Las ramas de actividad que más retrocedieron fueron: petróleo procesado (-3,8%), metalmecánica (-8,0%), minerales no metálicos (-8,6%), la producción siderúrgica (-11,8%) y el sector automotriz (13,2%). De esa manera, el retroceso interanual del primer cuatrimestre del año alcanza al 2,4%. Una lectura atenta de los números revela un inquietante panorama porque: 1) el retroceso productivo se profundiza mes a mes y 2) la caída sería mucho más profunda si se excluyeran los datos del complejo oleaginoso que tuvo un incremento excepcional por la molienda de la cosecha retenida durante los últimos meses de 2015.
Los datos oficiales no hacen otra cosa que confirmar la retracción económica reflejada en las estadísticas difundidas por consultoras privadas y cámaras sectoriales. Por ejemplo, la consultora de Orlando Ferreres y Asociados estimó una caída del 4,9% del PIB en abril. La Coordinadora de Actividades Mercantiles (CAME) proyectó para ese mes una baja interanual del 4,7% de la producción de pymes industriales. La encuesta de la CAME también revela que el 88% de las pymes industriales no tiene planeadas nuevas inversiones para 2016. La fuerte caída de la actividad económica contrasta con el aumento del PIB registrado en 2015. Las autoridades del INDEC reconocieron que el producto creció un 2,1%. La apelación a la «pesada herencia» no justifica la fuerte brecha (4 puntos porcentuales) entre el crecimiento de 2015 y el retroceso acumulado en lo que va del año.

 

Poder adquisitivo
La convocatoria anual al Consejo del Salario fue una de las contribuciones del kirchnerismo al fortalecimiento institucional. La continuidad de esa herramienta, luego del cambio de gobierno,  es una saludable decisión oficial. El objetivo principal del Consejo es establecer un piso salarial que proteja a los trabajadores con menores cualificaciones. La fijación del salario mínimo parece tener un efecto acotado ya que los trabajadores en relación de dependencia, que perciben ingresos cercanos al piso legal, son menos de 300.000. Sin embargo, el universo de potenciales beneficiarios es mucho más amplio. Los investigadores del Centro de Investigación en Trabajo, Distribución y Sociedad destacan en el informe Efectos derrame del salario mínimo en Argentina (Observatorio del salario mínimo) que «es posible que el establecimiento y/o actualización de los mínimos salariales impacte en el conjunto de la estructura de remuneraciones. En particular, en las retribuciones de aquellos trabajadores con salarios por encima del mínimo legal, pero cercanas al mismo. A este fenómeno se lo ha denominado en la literatura especializada como “efectos derrame del salario mínimo”».
El Consejo del Salario acordó en mayo –con la disidencia de las dos CTA– un incremento del 33% en tres cuotas. Así, el salario mínimo se elevará desde los actuales 6.060 pesos a 6.810 (en junio), 7.560 pesos (setiembre) y 8.060 pesos (enero 2017). Lo cierto es que el aumento otorgado no alcanzará a cubrir la pérdida de poder adquisitivo proyectada para 2016. Los indicadores públicos (CABA y San Luis) y privados revelan una inflación interanual que se ubica en un rango que va del 39% al 45%.
Entre enero y abril, advierte el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), el poder adquisitivo del salario mínimo vital y móvil se contrajo un 12,4%. Los investigadores sostienen que, aun considerando una desaceleración de la inflación en los próximos meses, el salario mínimo tendría en agosto un nivel de un 21,5% inferior al de comienzos de año. Asimismo, sería un 25,5% más bajo que el de agosto de 2015, cuando se aplicó el primer tramo de la última actualización.
Esta desfavorable evolución implica un punto de quiebre en relación con la dinámica de la etapa kirchnerista. En la última década (2006-2015), el salario mínimo creció un 2.694% cuando la inflación (medida por el estudio Bein y Asociados, para no tomar los números del cuestionado Indec) fue del 727%.

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