2 de enero de 2025
La automotriz japonesa Toyota lideró un retiro masivo de dólares que puso en evidencia los riesgos y fragilidades del plan económico de Javier Milei.

Intervenciones. La entidad madre del sistema financiero cerró 2024 con reservas netas negativas en el mismo rango que durante la gestión anterior.
Foto: Getty Images
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) interrumpió el mes pasado una seguidilla de intervenciones compradoras en el mercado de cambios para abastecer una demanda de US$600 millones proveniente de una automotriz, cuyo destino era «el pago de importaciones». Según pudo reconstruirse con el paso de los días, la sede en el país de la terminal japonesa desarmó su tenencia en pesos, con las cuales invertía en la bicicleta financiera de Bausili-Caputo, para hacerse de las divisas con las que compraría insumos en el exterior. La firma esperaba que el Gobierno de Javier Milei no prorrogara el impuesto PAIS, con lo cual se abaratarían las importaciones, y la espera la pasaba colocando los fondos en el denominado carry trade.
La venta de cerca de US$600 millones que tuvo que hacer el Banco Central el 26 de diciembre representó el monto más alto en un día desde 2019, alentando nuevas presiones sobre el tipo de cambio. El hecho pone en evidencia dos situaciones claras: un sector productivo castigado y sin capacidad de reacción; y una reconversión de las empresas en noveles agentes financieros. El desempeño de la industria automotriz, el segundo sector manufacturero más dinámico de la economía detrás de la fabricación de insumos para la producción, es un claro ejemplo del efecto tenaza que ejercen las medidas del Gobierno de La Liberta Avanza en la actividad fabril.
La apertura de importaciones, el dólar perdiendo competitividad, un consumo interno por el piso y salarios en el subsuelo complican la actividad industrial. Un ejemplo es el leve repunte que tuvieron las ventas de 0km, pero de la mano de una mayor participación de unidades importadas que de producción nacional. En números de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), la producción automotriz cerró 2024 con un retroceso de 17,1% en comparación con el año previo. La industria argentina pasó de tener el 67% del total de ventas al 53,4%, pero paralelamente, de esos 13,6 puntos que perdieron los autos nacionales, más de 10 corresponde a las importaciones directas de Brasil, que pasaron del 27% en diciembre de 2023 al 37,8% a finales de 2024.
Sacudón
A esto se sumó la especulación de algunas empresas vinculadas al comercio exterior que, ante la falta de demanda interna y con un fuerte encarecimiento de la importación de insumos, se volcaron a hacer negocios rápidos con la tasa de interés y el dólar planchado, una bicicleta financiera que llegó a rendir casi un 30% en dólares.

Actividad fabril. Un sector productivo castigado que se reconvierte con empresas como noveles agentes financieros.
Foto: NA
Mientras tanto, esperaban que la administración Milei diera de baja –mediante la no renovación de la medida– el impuesto PAIS sobre las importaciones. Cuando esto sucedió, varias empresas se bajaron del carry trade para conseguir las divisas e importar piezas e insumos.
Ese 26 de diciembre, un jueves negro para las reservas después de Navidad, la firma japonesa Toyota le pidió a la entidad monetaria que le entregue los US$ 780 millones que tenía circulando en la calesita dólar-tasas «para cumplir con pagos de importaciones». En el mercado explican que Toyota es una empresa que tiene mucho resto crediticio con sus proveedores y podría seguir postergando pagos en dólares si las tasas en pesos continuaban en terreno positivo, para hacer una diferencia jugando al carry trade. Desde Toyota aseguran que no fueron los únicos y que solo completaron la demanda junto a otras automotrices y compañías de otros sectores, que también importan.
La operación de la firma japonesa, en cuanto al mercado cambiario es superavitaria y en el día a día puede presentar fluctuaciones positivas y negativas, pero generalmente está calzada, con compras y ventas equivalentes. La necesidad de pago de importaciones de ese jueves, según Toyota, tuvo un descalce de 25 millones, que pudo haber tenido un efecto muy minoritario sobre el resultado del día del BCRA.
Milei terminó el año prácticamente con el mismo nivel de reservas negativas que dejó el ex ministro de Economía Sergio Massa. Según datos del Banco Central, las reservas netas contabilizaban US$ 9.293 millones negativos al 10 de diciembre de 2023, y su ubicaron en US$9.770 millones negativos el 18 de diciembre pasado.