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El castigo del «amigo» del norte

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Cristian Carrillo

Si bien el Gobierno argentino apuntaba a que el país fuera excluido de la imposición de Trump al ingreso de acero y aluminio, la industria local será afectada por el proteccionismo de EE.UU.

A sola firma. El magnate republicano rubricó las barreras comerciales que había anticipado en campaña.

Foto: Getty Images

El presidente estadounidense Donald Trump aplicó aranceles a la importación de aceros y aluminios y profundiza, de este modo, el déficit comercial argentino. La medida, que eleva la tasa arancelaria del aluminio al 25% desde el 10% vigente desde 2018, busca fortalecer a los sectores industriales estadounidenses afectados y podría aumentar las tensiones comerciales a nivel global.

A la pérdida de competitividad de la moneda, que genera un fuerte deterioro de los términos de intercambio, se suma para la Argentina el problema de los aranceles estadounidenses. La Argentina destina el 12% de las exportaciones de acero y el 51,1% del aluminio a ese país.

Trump anunció un aumento sustancial en los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, eliminando exenciones y cuotas libres de impuestos que beneficiaban a países como Canadá, México y Brasil. Estas proclamaciones son una extensión de los aranceles de seguridad nacional de la Sección 232, implementados en 2018 con el objetivo de proteger a los fabricantes estadounidenses.

Un efecto de segunda generación, ante la suba de aranceles, es la inundación de productos siderúrgicos chinos a América Latina. China dejará de exportar siderurgia a Estados Unidos y destinará ese sobrestock a países de la región, inundando de hierro y acero a precios de dumping e impidiendo los negocios para productores argentinos. A esto se suma que en 2021 hubo una resolución anti-dumping para tubos petroleros que perjudicó las exportaciones de Tenaris, con lo cual ya el año pasado no se exportó nada de tubos petroleros al país del norte.


Peso pesado
De acuerdo con los datos del INDEC, hasta el año pasado el complejo siderúrgico exportó por 586 millones de dólares (1,5% de las exportaciones totales). Se destacaron las exportaciones de tubos sin costura y otras manufacturas de hierro o acero. Estados Unidos recibió 73,6 millones de dólares en exportaciones.

El complejo aluminio representó el 1,3% de las exportaciones totales, y las ventas sumaron 488 millones de dólares. Los productos destacados fueron aluminio sin alear, aleaciones de aluminio y manufacturas de aluminio, en ese orden. El principal destino fue Estados Unidos, con 249,3 millones de dólares. A pesar de estos números, la relación comercial con los Estados Unidos es deficitaria.

Exportaciones. Las ventas a EE.UU. en los rubros afectados alcanzan los 600 millones de dólares anuales.

Foto: Diego Martínez

Las exportaciones ya están muy restringidas y el panorama se presenta peor. Trump argumenta que en el caso de los países que le dieron beneficios, en el marco de la Sección 232 de aranceles, se registraron importantes volúmenes de importación a través de una «supuesta triangulación». Sin embargo, en la práctica, la medida complica a todos.

De acuerdo con fuentes del sector, la producción argentina es de 4,4 millones de toneladas de acero y se exportan 480.000 toneladas a todos los países. Representamos apenas el 0,002% del comercio global (1.892 millones de toneladas de producción). En el país, el sector opera con un 60% de uso de la capacidad instalada.

Las medidas restrictivas en materia comercial en los Estados Unidos se basaron en la conjetura de una supuesta triangulación de la exportación de productos siderúrgicos elaborados en China y Rusia. Los industriales argentinos alertan que ese stock se dirigirá a América Latina. La medida golpea a la Argentina en más de 600 millones de dólares, tomando en cuenta que en 2024 Aluar exportó a Estados Unidos aluminio por 515 millones de dólares y Tenaris colocó en ese mercado acero por 112 millones.

El problema es dónde se dirigirá el excedente de producción que no ingrese a Estados Unidos. Todo indica que arribará a mercados sin restricciones como el argentino y otros países de América latina. «Entonces Argentina se queda sin exportar a toda América Latina porque lo suplen con China», concluye la fuente. Además del incremento arancelario, la orden establece un nuevo estándar para América del Norte, exigiendo que el acero importado sea «fundido y vertido» en la región y que el aluminio sea «fundido y moldeado» localmente.


Sin excepción
El equipo económico de Milei pretendía cobrarse las pleitesías conque reverenciaron a Trump en su asunción para conseguir un tratamiento diferenciado o, al menos, negociar una posición intermedia. De hecho, el presidente tenía todo listo para viajar a Washington el 20 de febrero y allí acercar el pedido.

El objetivo final de la suba de aranceles es, más allá de corregir los déficits de Estados Unidos con otros países, salir al cruce del dominio chino del mercado global de estos metales. Pero la medida afecta a varios aliados de la primera potencia como el Reino Unido, México, Canadá, Australia y Argentina, que buscan ser exceptuados del aumento.

Consultado sobre las posibles excepciones y la situación argentina, Trump respondió: «Tenemos un poco de déficit con la Argentina, como con casi todos los países», tras lo cual aseguró que no habrá excepciones. Es más, la Casa Blanca publicó, luego de que Trump firmara la resolución, una explicación de la suba de tarifas en la que señalan que se eliminarán «todos los acuerdos alternativos» del pasado.

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