Economía | EMPLEO INDUSTRIAL

Expansión con límites

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Cristian Carrillo

La ocupación en el sector registra 33 meses consecutivos de alza y supera los niveles prepandemia. La contracara: pérdida de poder adquisitivo del ingreso laboral.

Menor heterogeneidad. A febrero pasado, la industria alcanzó el índice de empleo más alto en cuatro años.

Foto: NA

La industria acumula 33 meses de crecimiento intermensual consecutivos de empleo formal, el período de expansión más prolongado desde 2009, según datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, sobre la base del SIPA.
El empleo privado formal en la industria creció en febrero un 0,3% respecto a enero; generó, así, más de 3.000 empleos formales en un mes. De esta manera, la industria presentó el nivel de empleo más alto en más de cuatro años, desde abril de 2018 (1.184.300 personas).
«La cantidad de puestos de empleo registrado (6.309.102 casos) constituye el valor máximo de la serie histórica. Luego de la doble crisis de empleo (durante el gobierno de Cambiemos y luego con la pandemia) al mes de febrero se sostiene la recuperación de la totalidad de puestos de trabajo perdidos, superando incluso los niveles de empleo registrados en abril de 2018», detalla un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
«Estos datos demuestran que, a pesar del momento difícil, los actores de la economía real están mirando el futuro con expectativas de crecimiento. Desde el equipo económico, avanzamos con la hoja de ruta que trazó Sergio Massa: ordenar las variables de la economía manteniendo el nivel de actividad y el empleo a través del financiamiento productivo y política industrial», destacó en el mismo rumbo el secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, José Ignacio de Mendiguren. «No es casualidad, es producto de un modelo que pone en el centro a la producción nacional y al empleo argentino», añadió.

Casi pleno empleo
A enero de 2023, se recuperaron 514.000 puestos de trabajo desde el mínimo producido por la pandemia del COVID-19 (julio 2020). En términos interanuales, el crecimiento del empleo formal industrial en febrero de 2023 fue del 4%, con respecto al mismo mes de 2022. En contraste con la prepandemia (diciembre de 2019) el incremento fue del 8,8%, aproximadamente 96.000 empleos formales adicionales.
De tal forma, febrero superó los 6.350.000 asalariados formales, registrando así el nivel más alto desde al menos los últimos 14 años. 
«Un fenómeno que se percibe en los últimos meses refiere al crecimiento del empleo a la par de un amesetamiento de la actividad. Entre junio 2022 y la estimación de marzo 2023, la actividad se retrajo un 1%, pero se generaron casi 226.000 puestos de trabajo registrado privado», destaca el informe del CEPA.
En relación con los sectores de actividad, ocho de los catorce sectores incrementaron la cantidad de personas trabajadoras. Particularmente la recuperación de febrero estuvo impulsada por Comercio (+4,2 mil), Industria (+3,0 mil), Turismo (+2,1 mil) y Servicios Comerciales y Sociales (+1,9 mil). El resto de los sectores mostraron un crecimiento desestacionalizado muy leve y Transporte tuvo el peor desempeño.
Al analizar los puestos de trabajo según sector económico, el CEPA revela que su evolución fue mostrando estos meses una marcada reducción de la heterogeneidad sectorial en la recuperación. Con el incremento del empleo de febrero, diez de los catorce sectores ya operan en niveles de empleo superiores a la prepandemia, mientras que otros cuatro siguen creciendo. De este último grupo, dos sectores crearon empleo en el mes de febrero y los otros dos registraron su destrucción.
La descripción permite mostrar que en la recuperación del empleo hubo distintas velocidades.
El primer grupo se compone de sectores dinámicos, que no solo crecieron con respecto a los niveles de empleo de julio 2020, sino que han superado los valores precovid(febrero 2020). El segundo grupo, de sectores en recuperación, aún no llegaron a los niveles precovid, pero crecen en la cantidad de puestos de trabajo desde julio de 2020 a febrero de 2023. Finalmente, un último grupo de sectores se mantiene en crisis: la recuperación de puestos solo comenzó hace apenas unos meses (y no en todos los casos).

Salarios
Las estadísticas del SIPA aportan datos sobre la evolución de la media, que refleja el promedio simple de los salarios del empleo registrado privado, y sobre la mediana salarial, que representa la línea que divide en mitades la cantidad de trabajadoras y trabajadores.
Al analizar dicha evolución se puede detectar que, en el último mes, la evolución de ambos indicadores quedó por encima de la inflación: 8% (media) y 8,2% (mediana) versus un 6,6%.
En términos reales, de la mediana salarial, la media y su cociente, se observa que el nivel actual –febrero 23− se mantiene en valores equivalentes a diciembre 2019. «Aquí se observa un principio de fragmentación laboral importante que se refleja en el incremento de la brecha entre media y mediana salarial: la mitad de los trabajadores están recibiendo incrementos de menor cuantía que el promedio», destaca el CEPA. Por su parte, el INDEC informó en febrero pasado que «en términos interanuales, el Índice de salarios mostró una suba del 97,4%, como consecuencia de los incrementos del 99,3% en el sector privado registrado, 104,2% en el sector público y 80,5% en el sector privado no registrado».
Sin embargo, el Centro de Información y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA, en su informe sobre la situación del mercado de trabajo de abril, señala de manera contundente que «el fuerte incremento del empleo con descenso en la tasa de desocupación que caracterizó a la recuperación económica hasta 2022 no se vio acompañado por una mejora en los salarios y los ingresos laborales. El poder adquisitivo del ingreso laboral promedio tuvo una reducción del 8,6% entre el cuarto trimestre de 2019 y el mismo trimestre de 2022, mientras se ensanchaba el excedente empresario». Y aclara: «Pero la evaluación de esta pérdida toma toda su dimensión cuando se considera que el ingreso laboral ya había sufrido un deterioro incluso más fuerte durante la crisis socioeconómica de 2018 y 2019. Así, cuando se compara el valor del último trimestre de 2022 con el del mismo trimestre de 2017, la caída real resulta del 26,3%. En otras palabras, el ingreso laboral promedio perdió más de un cuarto de su poder de compra en los últimos años».

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