11 de diciembre de 2013
El nuevo equipo ministerial, a través de medidas concretas, se ocupó de otorgarle previsibilidad y certidumbre a la economía nacional. Procedimientos y estrategias en marcha.
Los cambios en el elenco ministerial y a nivel subsecretarías implementados a mediados de noviembre tienen la impronta de darle continuidad al modelo político, económico, social y cultural que se instaló en 2003, con la característica de que se intentará aplicar, con mayor intensidad, la sintonía fina que fuera definida por la presidenta Cristina Fernández.
Las primeras declaraciones de los nuevos ministros estuvieron orientadas a brindar previsibilidad y certidumbre, descartando modificaciones bruscas. A partir de allí, se inició una ronda de conversaciones con los distintos sectores sociales y económicos, para ir avanzando en planes concretos hacia comienzo del año próximo, retomando el diálogo iniciado luego de las elecciones primarias de agosto.
Un tema a resaltar es que en estas reuniones se fijó el objetivo de estimular el sistema de negociación con todos los actores de la cadena de valor; hacer una evaluación muy detallada de la misma, detectando si hay en algún lugar de la cadena una renta extraordinaria, con el propósito final de obtener precios razonables y justos para el consumidor. Estos procedimientos coinciden con los que el IMFC ha promovido a través de las distintas propuestas elaboradas desde su constitución, en especial desde 2001, y requieren un elevado nivel de dedicación por parte de las distintas autoridades del Gobierno. Respecto a los datos de precios y costos de las distintas cadenas de producción y comercialización de los productos, se prometió tener las primeras aproximaciones hacia el 22 de diciembre; también se está estudiando un congelamiento de precios de 120 productos a partir de enero de 2014.
El tema de la restricción externa es importante, ya que el crecimiento productivo genera cada vez mayor demanda de importaciones, lo cual achica el saldo comercial. Esta reducción ha generado, según los datos del Balance Cambiario del BCRA, un ingreso menor cercano a los U$S 8.000 millones para los nueve primeros meses de 2013 respecto a igual período del año anterior, con el consiguiente impacto negativo sobre las Reservas Internacionales. A esto se suma una salida importante de dólares por turismo en los primeros nueve meses de este año superior a los U$S 6.000 millones, compensada en parte por la reversión del saldo deficitario de las compras de divisas para atesoramiento, transacción que fue suspendida en julio del año pasado, una medida que generó un impacto positivo en las variación de Reservas de cerca de U$S 4.000 millones.
Sector externo
Las medidas sobre el sector externo han sido múltiples; en principio, se ratificó el régimen de flotación administrada y se aceleró el nivel de depreciación del tipo de cambio, terminando noviembre con un aumento anualizado del precio del dólar oficial del 25,4%.
Se envió al Parlamento un proyecto de ley para gravar los autos y motos de alta gama, así como aeronaves y barcos. Debido a los más de 50 tratados bilaterales de inversión firmados en los 90, no se puede discriminar entre productos extranjeros y nacionales, por lo que el impuesto alcanza a todos los bienes, a partir de un determinado importe para cada rubro, aunque impacta principalmente sobre los importados. No se prevé actualización del importe, por lo que la ley quedó frenada en el Senado y pasó para las sesiones extraordinarias de este año, que el Ejecutivo prometió convocar.
También se produjo un incremento del 35% en la alícuota de retención a cuenta del impuesto a las ganancias o bienes personales por las compras al exterior con tarjeta de crédito, retención que se extendió a la compra de dólares billete para turismo que debe autorizar la AFIP. Esta suba coloca una dificultad más a la importante salida de divisas por turismo que se está
produciendo, además de generar un ingreso fiscal interesante.
Una de las jugadas importantes de la nueva gestión ha sido el acuerdo con Repsol para indemnizarla por la expropiación del 51% de las acciones de YPF, tal como establece la ley. Se está firmando la letra chica del acuerdo, y habrá que esperar a conocer las condiciones acordadas para dimensionar la importancia de este paso. En la medida en que el acuerdo sea beneficioso para nuestro país, potenciará su imagen
en los ámbitos internacionales y permitirá a la petrolera estatal buscar acuerdos de inversión para la explotación de los recursos hidrocarburíferos, en especial en el apetecible yacimiento de Vaca Muerta.
Se produjo además una importante reunión entre los representantes del gobierno brasileño y argentino, que permitió destrabar productos que se encontraban en las aduanas de ambos países, así como avanzar en la discusión de un nuevo acuerdo automotor, ya que el actual vence el año próximo, una rama productiva importante para ambos países.
La previsibilidad ha sido la estrategia buscada por la nueva gestión, decidida por la presidenta Cristina Fernández; habrá que ver cómo la misma se va expresando en las distintas medidas que seguramente seguirá implementando el nuevo equipo económico.
—Alfredo T. García