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Los secretos del RIGI

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Cristian Carrillo

El régimen de incentivos que plantea el Gobierno, además de reprimarizar la economía, abre las puertas a los negocios de la reconocida «patria contratista». Nada sobre empleo, I+D y pymes.

Central Térmica Ensenada Barragán. Los concesionarios, como Pampa Energía, de Marcelo Mindlin, podrán adherir al RIGI.

Foto: @MIinfraPBA

En una sesión maratónica, la Cámara Baja aprobó un nuevo estatuto legal para la conquista de inversiones en energía y minería. Se trata del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) que fue incluido en la Ley Bases y otorga beneficios impositivos, cambiarios y arancelarios a 30 años. Junto con el Impuesto a las Ganancias y las reformas laborales, el RIGI es una de las apuestas más fuertes que se juega el Gobierno de Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, en el Congreso.
Para atraer inversiones del sector, el Ejecutivo les prometió a empresarios de la energía y minería beneficios fiscales e impositivos por 30 años a cambio del apoyo político explícito para que se apruebe el proyecto. Más allá de que el RIGI ya no queda escondido en un anexo del proyecto de ley, en el nuevo dictamen que fue votado en Diputados se encuentran una serie de modificaciones relevantes respecto del presentado en febrero.
Un informe del Observatorio de Coyuntura internacional y Política Exterior (Ocipex), destaca cuatro aspectos: a) Montos de inversión para adherir al RIGI: el monto mínimo de inversión será de US$200 millones, aunque el Ejecutivo podrá establecer montos distintos para diferentes sectores productivos. Este es el punto más resistido por las pymes de Vaca Muerta porque entienden que, con este mínimo de inversión, las excluyen del régimen. Tal es el caso de la Federación de Cámaras del Sector Energético de Neuquén (Fecene), que pidió que las pymes energéticas sean incorporadas al régimen RIGI. b) Declaración de interés nacional: al ser declarado de «interés nacional», cualquier norma o acción de las provincias, CABA o los municipios que pueda limitar, restringir, vulnerar o desvirtuar el RIGI, será nula, independientemente de si estas adhirieron o no al RIGI. c) Inclusión de concesionarias como beneficiarias del RIGI: las inversiones pueden ser en cualquier sector, incluidas las concesionarias de infraestructura y servicios públicos; y d) Figura de Exportación Estratégica de Largo Plazo: estas son inversiones de más de US$1.000 millones que «posicionen a Argentina como proveedores de largo plazo en mercados globales donde el país aún no cuente con participación», y que involucren desembolsos (en etapas) de US$1.000 millones por etapa.
El objetivo, según expresa el régimen incluido en el anexo, es «generar de inmediato condiciones de previsibilidad y estabilidad para atraer inversiones y que las mismas se concreten mediante el adelantamiento temporal de las soluciones macroeconómicas de inversión sin las cuales determinadas industrias no podrían desarrollarse».
El régimen cuenta con el apoyo de otras petroleras, sobre todo las que tienen como objetivo exportar más crudo o instalar plantas de Gas Natural Licuado (GNL) para venderlo al exterior a través de barcos, una infraestructura que requiere de una gran inversión inicial. También ponen el ojo en el RIGI las empresas mineras (cobre, plata, oro, litio), pero puntualmente las que quieren producir cobre, uno de los productos más demandados en el mundo por el avance de la transición energética, pero que requiere de grandes inversiones y a muy largo plazo.
En términos cambiarios, el RIGI prevé que las empresas podrán disponer libremente del 20% de sus divisas de exportaciones en el primer año y 40% para después del segundo año. Pero gozarán del 100% de las divisas a partir del tercer año.

Exenciones
El Régimen también ofrece exenciones impositivas. Implica también la posibilidad de exportar e importar bienes y servicios libremente para el desarrollo de los proyectos sin restricciones de cuotas, cupos o cualquier otro limitante. Particularmente, a través de la figura de Exportación Estratégica de Largo Plazo. Se incluyen los beneficios de exención del Impuesto a las Ganancias para dividendos y utilidades a beneficiarios del exterior. Contarán además, con la exención de derechos de exportación, a partir de los dos años contados desde la fecha de adhesión al RIGI, de acuerdo con los considerandos de la norma.

Arsat. Una de las empresas públicas pasible de ser comprada por alguno de los grandes actores económicos nacionales.

Foto: NA

«En tercer lugar, se añade un artículo que, a modo de “zanahoria” para los grandes actores de la economía, ofrece a concesionarias de servicios o infraestructura la chance de adherir al RIGI en estas actividades. Para la patria contratista, sí hay subsidios», critican en el texto del informe de Ocipex. Las empresas tendrán entonces la posibilidad de comprar acciones o instalaciones de empresas existentes privadas y públicas (como Arsat, YPF o Enarsa) y la libre exportación de lo producido en nuestro territorio, con la eliminación de cupos de abastecimiento del mercado interno. Tendrán libre disponibilidad de divisas generadas y no podrán recibir restricciones del mercado de cambios. Las controversias que surjan entre el Estado argentino y estas empresas serán solucionadas en tribunales extranjeros, como el Ciadi.
El principal punto de concesión para los inversionistas es el acceso al mercado de cambios, en un país donde hay restricción externa. «Esto es deseable para la Argentina, pero todavía no es posible debido a la fuga indiscriminada de capitales de nacionales y extranjeros durante los años del macrismo, así como la sangría de divisas para hacer frente al endeudamiento externo que este último dejó como herencia al Gobierno de Alberto Fernández, lo que se combinó con una mala renegociación de la deuda y el acceso a divisas para el sector privado, que accedió a dólares baratos para importar y aumentar el flujo de capitales fugados, pese al delicado estado de las reservas del BCRA, afectadas por una sequía histórica», detalla el documento de la red asociada al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).
«Creemos que el RIGI adolece de cualquier tipo de orientación que permita que las inversiones permitan desarrollar economías regionales o mejorar y diversificar la inserción exportadora del país. Esto último alertados sobre los riesgos de caer en el engaño de la “solución exportadora”. La propuesta del RIGI, redunda en profundizar una estructura productiva primarizada, concentrada y extranjerizada, coincidente con un planteo extractivista que condena al país a retornar a los peores años del coloniaje», cierra el informe.

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