29 de junio de 2022
Si bien ambas normativas fueron aprobadas por el Congreso, su puesta en marcha colisiona con una fuerte oposición por parte de las corporaciones alimentarias.
Mayor transparencia. La Ley se propone regular la oferta en las góndolas físicas y virtuales de las grandes cadenas de supermercados del país.
NA
En medio de una fuerte crisis alimentaria, tanto local como internacional (donde casi 300 millones de personas se ven amenazadas por una posible hambruna global), las corporaciones que monopolizan la producción presionan no solo con desabastecer y stockear sino también con trasladar la fabricación de packaging a otros países. Esa fue la amenaza que recibió el secretario de Comercio Interior, Guillermo Hang, de parte de referentes de la cámara alimentaria, liderada por Daniel Funes de Rioja, si el Gobierno no deja de «presionar» sobre la aplicación de la Ley de Góndolas y de Etiquetado Frontal, ambas aprobadas por el Congreso nacional. En esa primera reunión, pero que se repitió en sucesivos convites, se insistió en que, si se avanza con estas iniciativas, especialmente la de Etiquetado, trasladarían la producción de packaging a Brasil.
Las dos leyes, que encuentran una fuerte resistencia por parte del empresariado local, tienen objetivos distintos. El etiquetado frontal tiene como finalidad advertir a la población (con información clara y precisa en los envoltorios de los alimentos) los excesos de componentes que pueden ser nocivos para la salud, como azúcares, sodio y grasas saturadas, entre otros. Sancionada como Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, exige a las marcas exhibir las características de sus productos en un octógono negro con letras blancas, presente en el espacio frontal del packaging, ocupando por lo menos el 5% de esa superficie. La norma, aprobada por la Cámara de Diputados en octubre de 2021, busca «garantizar el derecho a la salud y a una alimentación saludable, brindando información nutricional simple y comprensible, para promover la toma de decisiones asertivas y activas y resguardar los derechos de las consumidoras y los consumidores».
Distribución equitativa
La otra es la Ley de Góndolas, que regula la oferta de alimentos, bebidas, productos de higiene personal y limpieza del hogar, en las góndolas físicas y virtuales de las grandes cadenas de supermercados del país. La norma tiene tres objetivos centrales: democratizar las góndolas, con una distribución equitativa de los distintos proveedores; diversificar las ofertas, con una mayor variedad de productos y de marcas; y garantizar el acceso de micro y pequeñas empresas, cooperativas y agricultura familiar, entre otros. Entre los puntos que establece la ley, se destaca que los productos de menor precio deben estar en el sector medio de la góndola y destacados con una banda colocada de manera perpendicular a la estantería con la leyenda «Menor precio» por unidad de medida. Desde las pymes respaldan la resolución porque sincera los precios, por pura competencia. El que tiene mejor precio, mejor calidad, va a ser el que más venda. Es una oportunidad para las pymes y las medianas empresas que no tienen la posibilidad de llegar a la góndola. Sin embargo, las grandes corporaciones presionan para evitar que ambas se pongan en marcha debido a que las dos leyes desnudan las cadenas de valor de los productos y recortan la relevancia de cualquier publicidad.
En la primera reunión con el nuevo secretario de Comercio Interior, Guillermo Hang, el titular de la COPAL volvió a apuntar contra la Ley de Góndolas. Incluso, Funes de Rioja fue más allá y «transmitió» que muchas empresas amenazan con producir su packaging en países limítrofes y dejar de hacerlo en Argentina. La justificación radica en el costo de producirlos, pese a que en otros países lo realizan.
La Ley de Góndolas afecta directamente los intereses monopólicos de las grandes alimentarias, dado que estipula una presencia más diversa en los estantes, impidiendo que se monopolice la oferta. Hay que destacar que el 90% del mercado argentino se lo reparten cuatro compañías y la Ley de Góndolas busca equilibrar esa relación en los supermercados con pymes y cooperativas cediendo el 30% del espacio en góndolas a esas empresas. Si bien el Gobierno reconfirmó su compromiso de bajar precios con la Ley de Góndolas y Precios Cuidados, los efectos demoran en plasmarse.