9 de marzo de 2025
El gobernador se subió al ring nacional con la bandera del federalismo para confrontar con Milei, que amenazó con intervenir la provincia. El desafío de resolver la interna.

La Plata. El mandatario encabezó la inauguración del año legislativo en la provincia.
Foto: Honorable Cámara de Diputados PBA
Axel Kicillof inauguró las sesiones ordinarias en la Legislatura bonaerense con un discurso enfocado en polarizar contra Javier Milei. El gobernador aprovechó su discurso del último miércoles para subirse al ring nacional y presentar su gestión como un modelo alternativo a las políticas del Gobierno libertario, a la vez que un «escudo» para proteger a los bonaerenses de los efectos del ajuste.
La jornada estuvo marcada por la presencia en las calles de los militantes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), la agrupación que nació hace menos de un mes para apoyar a Kicillof, y por la ausencia de La Cámpora. No solo faltaron Máximo Kirchner y Eduardo «Wado» de Pedro, sino también los intendentes más combativos, como Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvarez (Lanús). Cristina Fernández también fue invitada, aunque su ausencia era esperable en el marco de un diálogo quebrado y una relación muy deteriorada con Kicillof, quien en casi tres horas de discurso solo la mencionó una vez; lo hizo al referirse a un hospital construido durante su mandato.
El acto volvió a agitar la interna entre el «axelismo» y el Instituto Patria, que en el último tiempo había estado contenida e incluso habían sorprendido algunos gestos públicos de acercamiento, como el hecho de que Máximo y Cristina se solidarizaran con Kicillof cuando Milei amenazó con «intervenir» la provincia de Buenos Aires, en el marco de una seguidilla de casos delictivos resonantes. La paz fue circunstancial, porque el malestar volvió a sentirse en los últimos días, en los faltazos y las chicanas cruzadas.
En su discurso, Kicillof evitó meterse en temas sensibles para la interna y por eso no dio indicios sobre cuál será el calendario electoral en la provincia. Por ahora lo mantiene en reserva, aunque sí le pidió a la Legislatura «celeridad» para tomar una decisión respecto a las primarias, que quedaron suspendidas a nivel nacional. Si bien es una definición que le compete al Poder legislativo, el gobernador blanqueó que ve con buenos ojos que se avance en el mismo sentido. Desde su entorno ya afirmaron, en reiteradas ocasiones, que la eliminación de las PASO sería una instancia fundamental en caso de que se defina desdoblar la elección. Si finalmente anticipa la fecha de votación para los bonaerenses –tal como le piden los intendentes más cercanos–, la decisión le abrirá una nueva crisis con Cristina Fernández y con Sergio Massa, que ya se manifestaron en contra.
La seguridad como eje de campaña
Cuando Fernández y Massa le manifestaron a Kicillof su disconformidad con anticipar la elección bonaerense, uno de los argumentos que usaron fue la inconveniencia de «provincializar» la campaña y que la «inseguridad» en Buenos Aires se vuelva uno de los ejes principales de debate. Durante la apertura de sesiones, Kicillof buscó dar una muestra de que no teme poner el tema en discusión. «Fue el área a la que le dedicó la mayor cantidad de tiempo en su discurso, frente a las chicanas de quienes afirman que el gobernador evita hablar de seguridad», afirmó a Acción un integrante de la mesa chica de La Plata.
La decisión deliberada fue responder con estadísticas favorables hacia su gestión y un resumen de la inversión que realizó en materia de seguridad. Anunció que sumará patrulleros y presupuesto a los municipios. También anunció el Plan Provincial de Desarme para reducir la circulación de armas de fuego y dijo que presentará un paquete de reformas legales «para aumentar las penas por tenencia ilegal de armas, agilizar los allanamientos en flagrancia para atacar con rapidez los búnkeres de droga», además de «un programa de seguimiento integral de menores que hayan sido aprehendidos y restituidos a sus familias, para reducir la reincidencia y cortar su vínculo con el delito».

Moreno. En diciembre del año pasado, último encuentro entre Cristina Fernández, Máximo Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof.
Foto: PJ Bonaerense
«La seguridad no se resuelve con soluciones simplistas ni con discursos de campaña, sino con políticas efectivas y con un Estado presente», subrayó para marcar su contraste con Milei, a quien le volvió a pedir una reunión.
Confrontaciones
Un concepto muy repetido en los últimos discursos de Kicillof es el de «federalismo». El último miércoles, aprovechó para hacer un guiño al resto de los gobernadores al denunciar que Milei lleva a cabo un «saqueo ilegal» a las provincias. «Los gobernadores no somos empleados del presidente», lanzó. También aseguró que los ataques que sufrió por parte de Milei no fueron un ensañamiento personal, sino un atentado contra «la Legislatura, la Constitución, la democracia y el federalismo». Consideró que Milei «no solo embistió contra Buenos Aires, sino también contra otras provincias», y mencionó específicamente los casos de Chubut, Santa Fe, La Rioja, Formosa, Córdoba, Río Negro, Tierra del Fuego y La Pampa.
«Frente a un gobierno que promueve la desintegración, nosotros proponemos el federalismo», sostuvo Kicillof hacia el cierre de su discurso. Desde el entorno del gobernador contaron a Acción que tanto «federalismo» como «democracia» serán conceptos centrales en su estrategia política de acá en más. Los imaginan como una suerte de «contraseña» para diseñar diagonales políticas y acercamientos a otros sectores con los que hasta hace un año era impensado tantear un acercamiento.
En un día de calor extremo, las columnas del Movimiento Derecho al Futuro se movilizaron el último miércoles desde los distintos municipios bonaerenses al centro de La Plata, para escuchar desde la calle el extenso discurso del gobernador. Kicillof los compensó al salir a saludarlos y les habló desde un escenario montado en la calle 6, entre la plaza San Martín y la Gobernación. «Vengo a convocarlos, no podemos bajar los brazos. Ellos están en campaña, ellos vienen por la provincia de Buenos Aires y nosotros no podemos dejar que los topos y las motosierras entren a los concejos deliberantes, a los municipios. Vienen a destruir el Estado», les dijo.
En el acto y en cada uno de sus discursos, Kicillof habla de «futuro». Se describe como un «escudo» frente a las políticas del presidente, con el objetivo de que la gestión bonaerense represente una «alternativa nacional» frente al Gobierno libertario. El gobernador se siente cómodo en su confrontación con Milei, pero desde hace tiempo que su máximo desafío no está afuera, sino en la propia interna del peronismo. Para representar el futuro, deberá acordar con Cristina Fernández o enfrentarse a ella, aún con el riesgo de que comparten un electorado que no comprende el trasfondo de esa pelea que se extiende. Las elecciones legislativas de este año prometen dar algunas señales de cara a la carrera electoral de 2027.