Política | DEBATE PARA LAS PRESIDENCIALES

Palabras cruzadas

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Demian Verduga

Nadie se salió del libreto en el encuentro de Santiago del Estero. La economía fue el tema que más discusiones generó y el candidato de ultraderecha ratificó la posición negacionista de su espacio.

Cara a cara. Bregman, Massa, Bullrich, Schiaretti y Milei en el Centro de Convenciones.

Foto: NA

«Es la economía, estúpido». La frase que dijo el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton en una reunión con sus asesores sirve para describir el primer debate presidencial. Los y las candidatas presidenciales Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Javier Milei (La Libertad Avanza), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda y los Trabajadores) se vieron las caras en la Universidad Nacional de Santiago del Estero este domingo 1º de octubre, primer debate que se completará el 8 en Buenos Aires.
El contexto inflacionario que vive la Argentina y que el ministro de Economía sea el candidato del oficialismo hicieron que el segmento económico fuera el más destacado. La mayoría de los derechos de réplica se usaron en esa parte del debate. Massa y Milei se eligieron mutuamente como rivales. Ocuparon el centro del ring, aunque estaban separados por los atriles de Bullrich y Schiaretti.
El diputado de extrema derecha retomó la propuesta que explica gran parte de su caudal electoral: la dolarización. Repitió su diagnóstico sobre el país, el mismo que ha desplegado la derecha conservadora a lo largo de décadas, con voceros como Álvaro Alsogaray o José Alfredo Martínez de Hoz. La Argentina debe volver al modelo del siglo XIX y retomar el rumbo que «perdió». La batería de medidas que, según el diputado, impulsaría si llegase a la presidencia son las que desplegó Domingo Cavallo en la década de 1990. «Bajar el gasto público, reducir impuestos, privatizar las empresas públicas ineficientes», dijo Milei, mientras miraba a la cámara por encima de sus lentes redondos.
Massa retrucó al candidato de La Libertad Avanza. También miró a la cámara. Se acompañó con las manos para aumentar el énfasis. «Lo que te propone Milei es Zimbawe, El Salvador y Ecuador», dijo, en referencia a los países que adoptaron la moneda estadounidense. Luego agregó: «Te propone el regreso de las AFJP, para las que trabajó, y la privatización de YPF».
El ministro recibió una descarga de artillería por parte de Milei y Bullrich con un argumento que era inevitable: la situación económica actual, en especial la inflación. Para responder retomó el discurso que esgrimió luego de la devaluación del peso posterior a las PASO. Dijo que «el endeudamiento criminal con el FMI» lo tomó Mauricio Macri y que eso mantuvo «condicionada» la política económica. Destacó que una vez que se logró reformular el acuerdo con el Fondo pudo tomar otras decisiones. Y luego enumeró las medidas de las últimas semanas: eliminación de Ganancias sobre los salarios, bono para quienes cobran menos de 700.000 pesos, devolución del IVA sobre los productos básicos, entre otras. Además, planteó propuestas concretas como la creación de una moneda digital argentina, aumentar las penas para evasores y fugadores de divisas e impulsar un programa de desarrollo de las exportaciones.
A su turno, Bullrich no pudo evitar la dificultad para explicar su visión económica. Este ha sido el punto más débil de su campaña y no logró torcerlo en el debate. Frente a Milei, que propone dolarizar, y Massa, que sostiene la necesidad de defender el rol del Estado, la candidata de Juntos por el Cambio se trabó en varios momentos. Tuvo problemas para hilar el razonamiento y terminó por sostener que pondrá «orden en la economía» y que Carlos Melconian será su ministro del área.
Schiaretti no salió del cerco que hace más de dos décadas construyó junto con José Manuel de la Sota. Ha sido su bendición y su maleficio. El gobernador hizo gala de cordobesismo, tan efectivo para construir una hegemonía política en su provincia como limitante para cruzar la frontera. Se centró en mostrar a Córdoba como una tierra prometida donde se aplica el «modelo» que impulsaría en el país. Con un claro guiño al voto del interior, Schiaretti destacó que los últimos dos gobiernos fueron del «AMBA» y no federales.
La candidata del Frente de Izquierda tuvo un recorrido destacado durante el debate, con un mensaje bien articulado y una actitud corporal distendida. Sin embargo, el segmento económico fue el menos sólido. Bregman recurrió a su posición anticapitalista para acusar, mirando uno por uno a los otros candidatos, de ser los postulantes «del FMI». Propuso –como siempre– desconocer la deuda y nacionalizar el comercio exterior. Son consignas que luego no bajó a tierra para explicar su implementación y sus consecuencias.

Momentos picantes
El estilo del debate impuso una dinámica demasiado ordenada. Los momentos más picantes se produjeron cuando los candidatos se hicieron preguntas entre ellos. Fue cuando Massa, mirando a los ojos a Milei, que tenía gotas de sudor en la frente, le preguntó por sus insultos contra el Papa Francisco. El tema descolocó al diputado de extrema derecha. Nervioso, trastabillando al hablar, Milei respondió que ya «había pedido disculpas» por eso.
Bregman se cruzó con Bullrich por el asesinato de Santiago Maldonado y con Milei por negar la brecha salarial que existe entre varones y mujeres. Otro punto clave de la estrategia de la candidata del FIT fue enviarle varios guiños al movimiento feminista.
Uno de los pasajes más tensos del debate se generó cuando se discutía sobre derechos humanos. El tema fue incorporado por pedido de la población. Milei se alineó con el discurso de su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, respecto de la última dictadura y fue incluso más allá. Dijo que en Argentina hubo «una guerra» y que no hubo 30.000 desaparecidos, entre otras cosas. Fue una posición que confirmó que su alineamiento con la última dictadura no es solo con las ideas económicas, sino también en la negación del terrorismo de Estado. De igual modo, el liberal negó la discriminación de género en materia de ingresos.
Antes del debate, la renuncia de Martín Insaurralde a la jefatura de Gabinete bonaerense, luego de que se difundieran fotos de él con la modelo Sofía Clerici en un yate de lujo, aparecía como una sombra que podía teñirlo todo. Sin embargo, el tema fue mencionado solo tangencialmente en algunas de las chicanas que recibió Massa. Insaurralde renunció también a su candidatura a concejal en Lomas de Zamora.

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