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Un día contra el grooming

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Bárbara Schijman

6 de cada 10 niñas y niños conversan con desconocidos en entornos digitales. Las redes prometen conexión, pero pueden ser escenario de sutiles formas de engaño. Las estrategias de manipulación y las señales de alarma.

Edad de riesgo. Los chicos de entre 9 y 13 años constituyen el grupo más vulnerable.

Foto: Shutterstock

¿Qué es el grooming y cómo se llega a esa situación? ¿Cuál suele ser la metodología del groomer y qué tipo de mensajes envía? ¿Qué señales de alerta atender en niños, niñas y adolescentes? ¿Cuál es el aporte de la Educación Sexual Integral (ESI) en la prevención de este delito?

«El grooming es un delito, un proceso mediante el cual un adulto busca establecer lazos de confianza con un niño, una niña o un adolescente con el objetivo de obtener imágenes o cualquier tipo de contenido de orden sexual del menor para cometer luego otros delitos», explica María Zysman, licenciada en Psicopedagogía y fundadora de la Asociación Civil Libres de Bullying. 

En Argentina, el Día Nacional de Lucha Contra el Grooming se conmemora cada 13 de noviembre, a propósito de la sanción de la ley 26.904, que en 2013 incorporó este delito en el Código Penal. La fecha busca generar conciencia y promover la protección de los menores en internet. En 2020, el país reforzó su legislación sobre protección infantil en línea con la Ley 27.590, conocida como Ley «Mica Ortega», en memoria de Micaela Ortega, una niña de 12 años de Bahía Blanca que fue víctima de grooming y femicidio en 2016. La ley creó el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes. 

De acuerdo a un informe realizado por la Red Grooming LATAM en el período 2024-2015, «7 de cada 10 niñas, niños y adolescentes no saben que es el grooming» y «6 de cada 10 niñas, niños y adolescentes han mantenido conversaciones con desconocidos a través de redes sociales y/o juegos online». El estudio identificó como franja etaria más vulnerable la comprendida entre los 9 y 13 años. 

Segun Unicef Argentina, «el 20% de las consultas que llegan a la Línea 137 por casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes corresponden a casos de grooming (Programa Las Víctimas Contra Las Violencia del Ministerio de Justicia de la Nación)». 

El nombre de la ley. Micaela Ortega fue asesinada en 2016 tras ser engañada a través de las redes sociales.

Hiperconectividad e hipervulnerabilidad
¿Cuál suele ser la metodología del groomer y qué tipo de mensajes envía? ¿Qué señales de alerta atender en niños, niñas y adolescentes?

Autora de Grooming. Cómo enseñar a los chicos a cuidarse en la web y Ciberbullying. Cuando el maltrato viaja en las redes, entre otros, Zysman advierte: «Se llega porque los chicos están muy solos en los espacios digitales, porque hay temas de los cuales no se habla, que son difíciles de abordar, como el consumo de material para mayores de 18. Los chicos necesitan una presencia que no están teniendo y acceden a contenidos que les van borrando ciertas barreras. Se queman etapas y se los hipersexualiza». ¿Cuáles son los escenarios facilitadores del engaño? En general, observa Zysman, «los menores que caen en manos de esta gente están solos en el sentido emocional, no tienen con quién hablar o se encuentran muy lastimados. Cuando en un estado de WhatsApp un niño o adolescente pone “aburrido en casa”, o “con ganas de cambiar de amigos”, ahí tiene un cartel luminoso para que estos delincuentes se intenten meter».

Referente nacional e internacional en temáticas referidas al bullying, ciberbullying y uso de redes sociales y juegos en red por parte de niños y adolescentes, Zysman sugiere, además, la necesidad de que los propios adultos replanteen el uso que hacen del entorno digital: «Otra área en donde está comprobado que se favorece el grooming es en la exposición que hacen los mismos padres de imágenes de sus hijos. También los adultos tenemos que prestar más atención a lo que compartimos y revisar nuestras propias prácticas». ¿De qué modo un adulto, sin imaginarlo, puede exponer a su hijo o hija? «El papá, la mamá, los abuelos, exponen, muestran fotos, dan información respecto de los chicos que el groomer sabe tomar y aprovechar. El primer lugar para buscar material de niños son las redes de sus padres. Hay investigación sobre esto. Si yo quiero llegar a un niño primero miro el escenario de la familia: por dónde se mueven, qué tipo de programas hacen, etcétera. Esto puede dar información para llegar a un chico. A partir de ahí, ese chico ya no verá, a quien busca engañarlo, como un desconocido», señala.

«El engaño comienza de una manera muy sutil»
Sobre la metodología del groomer, Zysman detalla: «Lo primero que va a hacer es contactar a un chico, una chica, y hacerle creer que es muy empático. A veces lo hacen disfrazados de niños y otras veces lo hacen como adultos, con el argumento de que les pueden ofrecer algo que para los chicos es muy tentador, por ejemplo, posibilidades de ser probados en algún equipo importante o promesas de éxito en el área que a esa chica o a ese chico le gusta; puede ser que esto lo hagan desde un perfil adulto –claramente no con su nombre y apellido–, o puede ser que se metan a jugar en Roblox o en cualquiera de las plataformas en las que están los chicos y establezcan complicidad desde ahí». Así, agrega, «el delincuente va trabajando la confianza, con presencia y disponibilidad; los chicos esperan el encuentro con esta persona por distintas cuestiones y a partir de ahí aparece un trabajo muy fino y rápido de querer que el chico le mande fotos. Una vez que el groomer consigue las imágenes, empieza la extorsión». Otro modo de captación, advierte Zysman, tiene que ver con los grupos de WhatsApps: «Muchas veces el groomer propone “hacer el grupo más grande de todos; a ver si llegamos a los 2.000 contactos; a ver si conseguimos tal desafío entre todos”. Muchos chicos se enganchan con ese tipo de cosas porque quieren tener grupos de 10.000 o 5.000 personas, pero no saben quién los está invitando. En un momento el tipo empieza a mandar material o stickers que tienen que ver con lo porno. Así ablanda y genera el clima ideal para que alguno dé el primer paso y mande algo». Un punto fundamental a tener en cuenta es que «el engaño comienza de una manera muy sutil: “Mirá, me compré esta malla”, y le manda una malla que agarró de un catálogo de ropa. “¿Me mostrás vos qué tenés?”. Después llega el “¿me mostrás cómo te queda?”. Y una vez que tiene el material, le dicen: “Si no me mostrás más, si no hacés lo que te estoy pidiendo y no me mandás el video, voy a enviar esto tuyo que tengo a tu colegio. Sé cuál es porque en tu foto de perfil estás con el distintivo”. Los asustan. Entonces los chicos y las chicas empiezan a ocultar lo que les pasa por temor a la reacción de la familia», describe la especialista. 

Entre las señales de alerta que hay que atender, Zysman menciona los cambios de conducta, una predisposición mayor al encierro, el nerviosismo, el estar muy pendientes del celular o la tendencia a esconderlo, entre otros. «Si un chico modifica las palabras o el vocabulario que usa, si cambia notoriamente sus horas de sueño, sus hábitos y su rendimiento académico, si empieza a estar temeroso, muy poco comunicativo, bueno, alguna pregunta se nos tiene que plantear», propone Zysman.

Educación Sexual Integral
Para Zysman, «la Educación Sexual Integral es, sin duda, la mejor herramienta para educar en este sentido. No es que la ESI aborde concretamente el tema del grooming, pero sí aborda qué es mi cuerpo, quién lo puede tocar, qué se puede hacer conmigo, qué puedo hacer yo con el otro, qué es la diversidad. Es una herramienta absolutamente protectora y habilitadora de expresión, de palabra. Todos los contenidos de prevención del bullying y del grooming están en la ESI. Que los chicos igual están en riesgo, sí, pero cuanto más sabe uno más puede cuidarse».

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