28 de diciembre de 2018
A cuatro días de la asunción del nuevo gobierno, un escándalo envuelve al presidente electo, el ultraderechista Jair Bolsonaro, en Brasil. Hace menos de un mes, se conoció que el chofer de Flávio Bolsonaro, senador electo e hijo del presidente, depositó fuertes sumas de dinero en una cuenta de la esposa de Bolsonaro, que ganó las elecciones bajo la promesa de poner fin a la corrupción política en el país. El mandatario fue legislador durante casi 30 años pero basó su campaña en una imagen de outsider de los partidos tradicionales. Asumirá la presidencia el 1 de enero con un programa incierto, del que apenas se conoce su tendencia neoliberal, pero con otras promesas clave: profundizar la mano dura con los delincuentes y narcotraficantes y perseguir la corrupción política. Sin embargo, el escándalo desatado con el exchofer de su hijo e íntimo amigo del propio Bolsonaro, el militar Fabricio Queiroz, ya empaña su gobierno.