30 de marzo de 2024
El Gobierno formalizó su plan para mantener el fuerte recorte en los ingresos de jubiladas y jubilados, en desmedro de sus derechos a la seguridad social.
Desfasaje. La pérdida sufrida por los adultos mayores en sus ingresos se consolidará alrededor del 25%.
Foto: Jorge Aloy
La nueva fórmula de ajuste de los haberes que cobran cada mes más de 5,4 millones de jubilados y 1,6 millón de pensionados puede explicarse en términos técnicos. Pero traducida al lenguaje llano «es un atraco», pues lo que busca el Gobierno «es consolidar una baja que ya se produjo y ahora ir ajustándola en base a los precios, cuando ya el guadañazo se lo dieron». Así lo interpretó el gobernador bonaerense (y exministro de Economía) Axel Kicillof, tras analizar el reciente decreto de necesidad y urgencia (DNU) del presidente Javier Milei.
El Centro de Economía Política (CEPA) calculó por su parte que las jubilaciones quedarían en abril un 32,5% por debajo del primer trimestre de 2023, en términos reales. Si bien esa previsión no contabiliza los bonos otorgados a quienes perciben los haberes más bajos, en conjunto «los jubilados pueden aspirar, en el mejor de los casos, a que la pérdida se consolide en torno al 25%». Otras estimaciones, como la que realiza el economista Sergio Chouza, proyectan un desfasaje menor, en torno del 20% respecto de noviembre pasado.
En todo caso, lo importante para los funcionarios libertarios es el ahorro del Estado en el «gasto» previsional, aunque el objetivo implique vaciar los bolsillos de los adultos mayores y pulverizar sus ingresos, llevándolos a niveles de dos decenios atrás.
Por su parte, la consultora PxQ, del exviceministro de Economía Emanuel Álvarez Agis, proyecta que el despojo a los jubilados le rendirá al fisco este año menos del 0,9% del producto interno bruto (PIB). Tras el tijeretazo, las partidas que destina la ANSES para jubilaciones y pensiones pasarían a representar en 2025 el 6% del PIB, frente al peso de 7,2% si se mantuviera la fórmula previa. Se prevé así acatar la insistente recomendación de los organismos de crédito internacionales, como vía para achicar el gasto público (casi la mitad del cual corresponde al sistema previsional) y destinar lo obtenido al pago de deuda con esos mismos prestamistas. En particular, el Fondo Monetario Internacional.
Fórmula
La modificación dispuesta en la fórmula de actualización de haberes claramente no compensa lo perdido desde diciembre. Pero, además, en un eventual horizonte de recuperación salarial, como promete el Gobierno para cuando baje la inflación, los jubilados quedarán afuera de la mejora, ya que sus ingresos quedan ligados solo al ritmo de suba de precios. Lo regresivo del cambio, según los analistas, reside en que el monto que perciben jubilados y pensionados, desvinculado de la evolución de los salarios, nunca podrá haber una mejora de los haberes en términos reales. Por otra parte, el ajuste mensual según el Índice de Precios al Consumidor no compensará la caída de poder adquisitivo que sufren los adultos mayores, teniendo en cuenta que su canasta de consumo incluye rubros que subieron muy por encima del promedio, como los medicamentos y los servicios de medicina prepaga.
El desfasaje que sufren jubilados y pensionados apenas se atenuará con el cobro en abril del 12,5% de un «incremento extraordinario», junto con un adelanto de la movilidad correspondiente a junio. En mayo habrá otro, mientras que para junio el DNU establece que se aplique la vieja fórmula de movilidad trimestral, sin aumentos extra, y con el descuento de las subas a cuenta.
Pero, dado que el Gobierno no deja de sorprender, a días de publicar el Decreto con la nueva fórmula, y su «corrección», 24 horas después, anunció que pagará el haber jubilatorio correspondiente a abril en dos cuotas, o como gusta decir el vocero Adorni, «desdoblado». Un primer pago será del mismo monto que en marzo y en el segundo, el aumento por la actualización más el bono de 70.000 pesos. «La reciente modificación de la movilidad y sus consecuentes adelantos, generará un desdoblamiento del pago prestacional, a fin de no demorar el acceso de los beneficiarios a sus haberes», señaló la Anses en un comunicado. «En consecuencia, habrá una primera liquidación (equivalente a la) correspondiente al haber de marzo 2024 y una segunda liquidación, dentro del mismo mes de abril, correspondiente al aumento por movilidad previsional y al refuerzo previsional de 70 mil pesos», agregó. La fecha de pago es aún incierta. «Hacé así. Pagá el súper, el alquiler y la luz según el precio de febrero, y avisá que el aumento lo abonás en algún momento de abril. Aclará que no estás pagando en cuotas sino que es la lógica burocracia. Seguro te van a entender. Si no, el periodismo servil lo va a explicar», escribió el periodista Sebastián Lacunza en X sobre el pago en dos tramos de las jubilaciones y pensiones.
El extitular de la ANSES (también del Banco Central y de la Comisión de Valores), Alejandro Vanoli, enmarcó la reforma, más allá de sus efectos inmediatos, en las tradicionales propuestas neoliberales y de organismos externos, que alientan adicionalmente una suba de la edad jubilatoria. «Me parece evidente que hay una intencionalidad en el Gobierno y en algunos sectores financieros de habilitar la vuelta de un sistema privado de jubilaciones, como el que rigió hasta 2007», sostuvo Vanoli. El problema, agregó, es de orden estructural, debido al modelo económico que se busca instalar, «que genera desempleo y exclusión, con lo cual los trabajadores no llegan a completar los años de aporte, por lo que terminan necesitando del aporte estatal para tener ingresos en su edad pasiva». Ese flagelo, que se verificó durante los años noventa del siglo pasado, eclosionó con el estallido de 2001 y se extendió en los años siguientes. «Se puede repetir», alertó el exfuncionario.
En ese sentido, para consolidar el derecho de las personas mayores a la seguridad social, desde 2005 se dispusieron distintas moratorias previsionales, como el Plan de Pago de Deuda Previsional y el Reconocimiento de Aportes a Amas de Casa por Tareas de Cuidado. El criterio inclusivo de esas medidas, sin embargo, fue cuestionado por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien justamente culpó por la crisis del sistema previsional a los beneficiarios que actualmente cobran aunque en su etapa activa no pudieron completar todos sus aportes. «La verdadera licuación de las jubilaciones vino con las moratorias», dijo el funcionario de Milei. Para el modelo que se busca instalar desde Casa Rosada, la economía tendrá un buen funcionamiento cuando ya no sean tantos y tan costosos esos beneficiarios cuyo sostenimiento representa una fuerte carga para el Tesoro.
