13 de diciembre de 2017
El crecimiento económico de Alemania no está reduciendo la desigualdad. El país, al que muchos denominan la «locomotora europea», cierra el 2017 con un crecimiento del 2%, en tanto la bolsa de Frankfurt alcanzó récords históricos en octubre. Sin embargo, la Fundación Bertelsmann advirtió que un 21% de niños son pobres de manera permanente debido a que su familia «vive de un ingreso por debajo del umbral de pobreza». El proceso analizado, en el que no se incluyó a las familias refugiadas, es producto, principalmente, de que el 10% de los alemanes más ricos posee el 60% de la riqueza nacional y de los altos grados de flexibilización laboral. Según argumenta el estudio, las reformas para atender la situación son urgentes, no se darán gratis y necesitarán de inversión.