14 de marzo de 2019
En medio de un importante operativo de seguridad, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva asisitió en San Bernando do Campo, San Pablo, al funeral de su nieto Arthur, de 7 años, que murió víctima de una meningitis. Fue la primera vez que el exmandatario brasileño salió de su prisión en Curitiba, ya que un mes antes le habían negado la posibilidad de ir al velorio de su hermano Genival. Testigos de la ceremonia contaron que Lula lagrimeó al decir que Arthur venía sufriendo bullying en la escuela, porque sus compañeritos decían que su abuelo está preso por ladrón. «Voy a probar mi inocencia y, cuando vaya al cielo, lo haré llevando mi diploma de inocente», agregó. «Está muy triste, dice que debería estar prohibido que un padre entierre a su hijo, que un abuelo entierre a su nieto», relató Gleisi Hoffman, titular del Partido de los Trabajadores.
Vítores. «Lula, guerrero», le gritaba la gente. (SCHINCARIOL / AFP / DACHARY)