21 de agosto de 2021
Juan Forn
Emecé
444 páginas
El volumen de contratapas de Página/12 que el autor reunió poco antes de su muerte.
Había algo que no terminaba de convencer a Juan Forn en la publicación de los cuatro tomos de Los viernes, tal como salieron entre 2015 y 2019. Fue entonces que, por sugerencia de la editora chilena Andrea Palet, comenzó a pergeñar una nueva estructura para sus célebres contratapas de Página/12: una historia cultural informal del siglo XX que al mismo tiempo marcara un itinerario geográfico. Comenzaría en África, seguiría por Oriente, iría a Rusia y luego al Este y al centro de Europa, cruzaría a Estados Unidos y luego bajaría a Latinoamérica, para terminar en Argentina. Ese volumen, en el que Forn trabajó hasta poco antes de su muerte, ya está en la calle y se llama Yo recordaré por ustedes, título tomado de una contratapa sobre el lituano Jonas Mekas. Son 92 columnas montadas sobre un mecanismo interno de referencias sutiles, que encuentran unidad en la diversidad. Comienza con aquel maravilloso engaño de Kalulu y su séquito de revolucionarios independentistas, y concluye con lo iniciático, su madre, su padre, los años de editor de Emecé, Gesell, el mar, la poesía. Yo recordaré por ustedes es, entre tantas otras cosas, una cartografía cultural, pero también una guía de lectura, un remanso en el que descansan algunas de las historias que una biblioteca puede guardar. La reafirmación de un estilo único en el que comulgan géneros como el fresco de época, la crónica, las memorias, la sociología, la Historia y la crítica. En los textos se dan cita falsos reyes, mujeres insumisas, hermosos perdedores, refugiados políticos, filósofos extraviados, pintores, escritores, matemáticos, arquitectos y fotógrafos. Forn habla a través de sus personajes. «Escribía tal como corcovea un cable de alto voltaje en la tormenta», dice de Barry Hannah, y parece mirarse en el espejo. «Yo me sentí incluido en ese plural», cuenta a la hora de meterse con Vasco Pratolini, y entonces nosotros sentimos lo mismo. Forn sigue haciéndonos partícipes de su propia pasión, hablándonos al oído, recordando por nosotros.