29 de enero de 2022
Andrés Barba
Anagrama
102 páginas
La historia lisa y llana dice que Rafael Guastavino, español de nacimiento, emigra, estafa de por medio, a Nueva York, desarrolla y patenta allí la técnica de la bóveda tabicada ignífuga –que en Europa llevaba un par de centurias dando vueltas– y se convierte en uno de los maestros de la arquitectura norteamericana de fines del siglo XIX y principios del XX. Su obra, que continuaría su hijo (el segundo Guastavino) es celebrada y recuperada décadas más tarde. Andrés Barba escribió un gran libro en torno a estas dos vidas, que no solo gira en tono a las vicisitudes, triunfos y fracasos; dignidades y humillaciones; deseos y hermetismos propios del personaje; asuntos como la identidad, el legado, la obstinación, la falacia y la paternidad. Vida de Guastavino y Guastavino va más allá. Barba pone constantemente en jaque el concepto de verdad, duda y así colabora en la construcción de la historia, ya que juega no solo con lo que sucede sino también con lo que podría haber sucedido. El autor español le habla al lector, lo incluye en el relato, lo integra, como si fuera parte del proceso de escritura. Biografía, crónica de época, manual para principiantes de arquitectura, se trata también de una narración que vuelve sobre sí, un work-in-progress que expone las suturas del armado, que se plantea (como hace el mismo personaje) si es ese el camino a seguir. «No sabemos», dice una y otra vez Barba, pero sí, él sabe y nosotros también que es un texto que se pregunta qué es contar, qué aguas separan a una vida de una biografía. Es que al leer «suponemos porque somos de naturaleza novelesca», y «la única forma de pensar es decir y no hay más modo de avanzar que ser imprecisos».