12 de agosto de 2015
Unos 16.000 científicos y especialistas de las más prestigiosas universidades y centros de desarrollo del mundo se unieron para rechazar que la inteligencia artificial esté al servicio de la muerte. Encabezados por personalidades como Stephen Hawking y el Nobel de Física Frank Wilczek, pidieron prohibir el uso de las armas ofensivas autónomas que no dependen de decisiones humanas. «A diferencia de las armas nucleares, no requieren materias primas costosas o difíciles de obtener. Solo será cuestión de tiempo hasta que aparezcan en el mercado negro y en las manos de terroristas», advirtieron.