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Un juego peligroso

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Roberto Parrotino

Las apuestas online en el fútbol se expanden y tienen a los jóvenes como cabeza del negocio. La situación en las categorías de Ascenso. Testimonios de consumidores y de especialistas.

Alarma. Partidos de fútbol argentino y del mundo, sumado a otros deportes, se ofrecen a toda hora para apostar.

El martes 6 de agosto de 2024, Fénix perdía 8-0 ante Excursionistas por la fecha 19 del torneo de Reserva de la Primera B Metropolitana –tercera categoría de AFA– cuando, a los 35 minutos del segundo tiempo, el árbitro finalizó el partido. Los jugadores de la Reserva de Fénix le cuestionaron la decisión. Habían perdido en junio 6-1 ante Colegiales y en julio 6-1 frente a Argentino de Quilmes. Ese mismo día, Fénix echó al entrenador y a cinco futbolistas por «bajo rendimiento deportivo», un eufemismo para protegerse legalmente que ocultaba la sospecha de arreglos de partidos por apuestas online. «Es muy complejo no pensar en las malditas tentaciones de un dinero fácil por parte de gente que recluta en el fútbol a algunos chicos, porque son todos jóvenes en la Reserva, de 20 años –dice José de Rosa, vicepresidente de Fénix–. Viene un nuevo paradigma para nuestro fútbol: aparte de un gimnasio, de contención en inferiores, tiene que haber una enseñanza respecto a lo que no es legal, a lo que es un delito. Resultados abultados te hacen desconfiar, prenden las alarmas».

En ese marco, trascendieron versiones sobre clubes supuestamente involucrados en arreglos de partidos. Estas sospechas recayeron sobre instituciones que militan en las categorías del ascenso, desde hace un tiempo en el centro de todas las miradas en lo que respecta a las apuestas deportivas.

Problema de base
El 3 de agosto, Independiente y San Lorenzo empataron sin goles en Avellaneda por la novena fecha de la Liga 2024. A los 20 minutos, antes de que el árbitro Hernán Mastrángelo corriera hacia el VAR para revisar una posible tarjeta roja a Alex Luna, la transmisión de ESPN lanzó la publicidad en la pantalla: «¿Va a verla o deja seguir?». Si hubiera preguntado si el árbitro expulsaba o no al mediocampista de Independiente –porque también se puede apostar si habrá tarjetas rojas–, hubiera sido menos «casual» la inducción a jugar.

La publicidad tiene gran influencia en una problemática que preocupa. El 12,5% de los jóvenes argentinos de entre 15 y 24 años, según un informe del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, apostó al menos una vez en su vida. El 41,2% de los apostadores elige el fútbol como su opción principal, seguida por los bingos (37%) y el boxeo (16,8%). La mayoría se inclina por el fútbol, según el informe, por la alta presencia de patrocinadores y de publicidad. La puerta de entrada. La crisis económica actual agrava la ludopatía entre los más chicos.

El psiquiatra y escritor Federico Pavlovsky compiló artículos en Apuestas online. La tormenta perfecta. Crianza digital y adicciones emergentes (2014). «El fútbol cambia las apuestas en sí. Es la cabeza del negocio. Se invirtió muchísimo dinero en publicidad y tomó al fútbol como modelo publicitario, como si la industria del juego fuese un diseñador de moda y eligiese a una modelo –compara Pavlovsky, y explica–. Eligió al Mundial de Qatar, ganamos, y tomaron a los stickers deportivos más profesionales, más basados en las estadísticas y los datos, como el periodista Juan Pablo Varsky, y lanzaron la campaña publicitaria más importante de los últimos 20 años sobre un producto. La inmensa mayoría de las apuestas de los chicos son en el fútbol. Después, cuando ya entran en el loop adictivo, entran en cualquier deporte: vóley, sóftbol, criquet. Las apuestas redefinen conceptualmente al fútbol en general: cada vez más se apuesta minuto a minuto, tiros libres, faltas. Y el fútbol de Ascenso, o más amateur, o el de las divisiones inferiores, donde los jugadores pueden ganar con una apuesta mucha plata versus todo lo que no ganan en el club, genera desastres. Como si se hubiera sumado un jugador más a la cancha».

Investigación. Portal del Instagram de «Apostar No es un Juego», que ofrece estudios sobre el juego online.

Foto: captura de pantalla.

En primera persona
«Apostar No es un Juego», proyecto de investigación sobre la ludopatía digital entre adolescentes y jóvenes, recibió 9.700 respuestas a una encuesta. «En el cuestionario no se discriminaba qué tipo de apuestas (deportivas, casinos), pero hay datos que permiten inferir la incidencia del fútbol: tres de cada diez dicen que, cuando les tocó ganar, fue por sus conocimientos o por mirar cómo iban las tendencias en las apuestas, y esto es un intermediario de las apuestas deportivas», dice Martín Romeo, director de la agencia digital Solo Comunicación y cabeza de «Apostar No es un Juego». En el Instagram del proyecto se suceden los testimonios de adolescentes. Estremecen. «Apuestan por resultados, goles, faltas. Llegan a apostar sin ningún fin deportivo, sino por el hecho de apostar» (Manuela, 16 años, Tandil, Buenos Aires). «Hay grupos de WhatsApp donde se envían apuestas. Al ver que algún miembro gana algo de dinero, aumenta la cantidad de gente que se anima a apostar. Son todas apuestas de fútbol, pero se puede apostar cualquier cosa. Hay gente que se cree que es más futbolera por apostar y presumen los aciertos. Me parece una competencia peligrosa» (Martina, 26 años, Vaqueros, Salta). «He visto compañeros gritar goles de equipos de segunda división de Sudáfrica y sufrir mucho por partidos que no les afectan en nada más que económicamente» (Felipe, 16 años, Villa Urquiza, Capital). «Trabajo como entrenador en un club y veo cómo los adolescentes apuestan todos los días. Y algunos ni siquiera trabajan» (Tomás, 28 años, Chivilcoy, Buenos Aires). «Me parece pésimo que figuras reconocidas promocionen tanto la actividad. Por ejemplo, no entiendo cómo una plataforma de apuestas puede ser sponsor oficial de la selección» (Araceli, 17 años, Rosario, Santa Fe). Y más.

Ocho de los 28 clubes de la Liga de Primera –también patrocinada por una casa de apuestas– tienen publicidad del juego online en las camisetas (28%). La selección argentina, la Copa Argentina y la Primera Nacional, también. El fútbol argentino no hizo más que recibir con los brazos abiertos a los dineros ávidos de la publicidad de las casas de apuestas, prohibida en las principales ligas de Europa –la última, la Premier League– por su correspondencia: el arreglo de partidos y la ludopatía, en especial entre los jóvenes. El periodista canadiense Declan Hill, el mayor investigador sobre arreglos de partidos vinculados a las apuestas, había advertido en marzo de 2023: «Una vez visité una de las principales casas de apuestas asiáticas ilegales. Había un partido que se estaba apostando entre un Sub 16 de Hong Kong contra Macao. Tenían más de 4 millones de dólares en apuestas en ese partido. Imagine un partido juvenil en Argentina con solo un millón de dólares en él. ¿Qué tan pronto un padre le dirá a su hijo “errá el próximo penal”?».

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