16 de diciembre de 2023
La encefalomielitis equina, una infección transmitida por mosquitos que ataca el sistema nervioso de los caballos, para la cual no existe tratamiento, aunque sí una vacuna, pone en jaque por estas horas a los productores que piden acceso a la inmunización de sus animales.
“Estamos con mucha incertidumbre y angustia. Cuando pensábamos que nos íbamos a reponer de la sequía, llegó esta enfermedad que está matando a nuestros caballos”, dice Erika Solís, productora en un tambo familiar y delegada de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) en San Vicente, informó Tiempo Argentino.
“Existen tres tipos de encefalomielitis equina: la del Este, la del Oeste, y la de Venezuela”, explicó a este diario la bióloga y doctora en Ciencias Naturales Soledad Santini. “Son enfermedades infecciosas de denuncia inmediata y obligatoria, producidas por virus transmitidos por mosquitos, siendo las aves sus principales reservorios” detalló.
Los primeros casos de encefalomielitis equina en Argentina se reportaron alrededor del 20 de noviembre en las provincias de Corrientes y Santa Fe. El último brote en el país de esa enfermedad había sido en 1988.
“A fines de noviembre empezaron los primeros casos en la zona del Gran La Plata, y los primeros días de diciembre llegó acá a San Vicente. Hoy tenemos unos 150 casos. Algunos se reportan y otros no”, describió Solís, y destacó: “esto nos afecta emocional y económicamente, porque los caballos son parte de nuestra familia. Estamos gastando fortunas en atención veterinaria e insecticidas, y rogando que lleguen las vacunas”.
Según indicó Tiempo, la vacuna para prevenir la enfermedad dejó de fabricarse en el país y actualmente el laboratorio local Tecnovax -fundado en 2003 por ex investigadores del CEVAN (Centro de Virología Animal, dependiente del CONICET)-, está retomando su producción.
El lunes 11 el laboratorio recibió la aprobación de ANMAT para poner en el mercado unas 70 mil dosis de la vacuna a un valor de casi 4.000 pesos la dosis.
Hasta el momento no se han reportado casos positivos ni se ha comprobado la transmisión de persona a persona en la Argentina. No obstante, “los seres humanos y los animales domésticos susceptibles pueden padecer la infección y desarrollar la enfermedad, aunque carecen de capacidad de transmitir el virus. La transmisión directa sólo fue observada entre aves”, destacó la investigadora y subrayó que “el cambio climático, con la modificación de las temperaturas y el régimen de lluvias, alienta la proliferación de mosquitos, que son el principal vector de esta enfermedad”.
