19 de junio de 2013
Sigue la polémica por la condena contra la hermana Megan Rice y otros dos pacifistas. La justicia de Knoxville, Estados Unidos, culpó a la religiosa, de 83 años, y a los ex combatientes Greg Boertje Obed y Michael Walli de sabotear y dañar el complejo Y-12 Oak Ridge, cuna de la bomba nuclear. «Lamento no haber hecho esto hace 70 años. Debíamos revelar la verdad sobre la criminalidad que existe allí, era nuestra obligación» aclaró Rice, considerada por el juez como una «amenaza al orden público». Los tres acusados habían penetrado la principal planta de fabricación y almacenamiento de armas nucleares de Estados Unidos para pintar consignas, pegar cintas de «escena del crimen» y descascarar paredes a martillazos. Los activistas esperan una audiencia en setiembre para la ratificación de penas que pueden alcanzar hasta 20 años de prisión por crímenes federales de terrorismo. Los fiscales del gobierno ya adelantaron que mantendrán el pedido de cárcel debido a que los involucrados «no sintieron remordimiento» por sus acciones.