24 de septiembre de 2013
El gobierno ruso evitó un ataque norteamericano a Siria demostrando que la habilidad diplomática del Kremlin se mantiene a pesar de la desaparición de la Unión Soviética. Los rusos reformularon una frase del secretario de Estado, John Kerry, para tomar la iniciativa política. Kerry dio a entender que si Damasco entregaba sus armas químicas Estados Unidos no atacaría. Rápidamente, el gobierno ruso se comunicó con su par sirio, que aprobó la propuesta. Lo que parecía una frase retórica sirvió para evitar un ataque militar. La movida descolocó a los norteamericanos, que trataron de explicar que lo de Kerry era hipotético. Muy a su pesar tuvieron que correr detrás de la propuesta de una resolución política a la guerra sin cuartel en Siria. El presidente ruso Vladimir Putin redobló la apuesta y publicó una columna en The New York Times. Para indignación de muchos políticos estadounidenses –que siguen despreciando y subestimando a los rusos– Putin planteó que había sido la oposición al gobierno sirio quien había utilizado las armas químicas, que no se podía desarrollar una acción militar sin la autorización de las Naciones Unidas, que Estados Unidos había «naturalizado» su intervención en conflictos ajenos y que cualquier ataque implicaría más víctimas. Con todo el atrevimiento de un país que se sabe heredero de una tradición imperial, Putin le dijo a Washington que había un límite. Para que nadie pensara que se trataba de un mero juego de palabras, en paralelo movilizó barcos hacia el mar Mediterráneo ya que en la costa siria hay una base naval rusa de tiempos de la Guerra Fría. Como en las famosas muñecas rusas, una propuesta llevó a otra y los norteamericanos tuvieron que dialogar directamente con los rusos. Las negociaciones no son fáciles por varios motivos: Estados Unidos está dispuesto a renunciar a un ataque militar si Bashar Al Assad abandona el poder, Rusia sostiene que Al Assad es parte de la solución. Por ahora es una partida de ajedrez entre dos potencias, pero en el medio continúa una guerra civil.